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Claves del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía

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Ante la compleja situación económica que atraviesa Cuba, se impulsa un Programa de Gobierno concebido para corregir las distorsiones que frenan el desarrollo. La Mesa Redonda de este viernes abordó los fundamentos, alcances y prioridades de ese programa, considerado por la dirección del Partido y el Gobierno como hoja de ruta para conducir al país en un escenario marcado por presiones externas, desafíos estructurales e insuficiencias propias.

Durante su intervención, el vice primer ministro y Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga, recordó que la génesis del documento se remonta a diciembre de 2023, cuando en sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz presentó un diagnóstico exhaustivo sobre “un grupo de distorsiones presentes en la economía y la sociedad”, así como las correcciones necesarias para reimpulsar el desempeño económico del país.

“A partir de esas proyecciones comenzamos a trabajar”, explicó Pérez-Oliva, quien señaló que el proceso se enriqueció con la participación de expertos y académicos. Ese intercambio permitió incorporar una proyección estratégica más amplia, lo que finalmente dio lugar al Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía. “Lo que tenemos hoy es resultado de un intenso trabajo colectivo”, afirmó.

El vice primer ministro añadió que en la concepción del programa se tuvieron en cuenta “múltiples planteamientos”, provenientes tanto del análisis institucional como de la interacción con sectores académicos y territorios. Subrayó que se trata del “hilo conductor del país para superar la compleja situación económica que enfrentamos”.

Según precisó, el punto de partida del programa reconoce la existencia de condiciones extremadamente adversas en los escenarios nacional e internacional. Recordó que Cuba continúa siendo un país sometido a un bloqueo económico “recrudecido sin precedentes”, en medio de una guerra económica sostenida que afecta los ingresos, los flujos financieros y la dinámica productiva.

El Programa de Gobierno está conformado por 10 objetivos generales106 objetivos específicos342 acciones y 264 indicadores y metas, todos estrechamente interrelacionados.

Entre los objetivos generales mencionó la implementación del programa de estabilización macroeconómica; la obtención de ingresos en divisas; el incremento de la producción nacional —en especial de alimentos—; el avance en el desarrollo de la empresa estatal socialista; el perfeccionamiento de la gestión estratégica para el desarrollo territorial; y el fortalecimiento de la gestión gubernamental.

Asimismo, incluyó prioridades relacionadas con la defensa y la seguridad nacional; la protección de los hogares en situación de vulnerabilidad; la aplicación de directivas para la prevención y reducción del delito, la corrupción y las ilegalidades; el programa de recuperación electroenergética del país; y la gestión de la ciencia e innovación, la comunicación social y la transformación digital.

Pérez-Oliva subrayó que “todos los objetivos generales del programa son temas de debate diario en nuestra sociedad”, y que se ha creado un sistema de trabajo para controlar su implementación. Informó que los avances y dificultades se presentan de manera sistemática al Consejo de Ministros y al Comité Ejecutivo, donde se aprueban nuevas acciones; además, la marcha del programa se discute en el Consejo de Estado, en el Buró Político y en el Pleno del Comité Central del PCC. Las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional también han incorporado criterios y propuestas de los diputados.

Entre los ejes transversales, el ministro destacó la necesidad de simplificar trámites, eliminar burocracias innecesarias y promover un cambio de mentalidad en las instituciones y actores involucrados. Aclaró que el Programa de Gobierno “no es un documento rígido ni inamovible”, sino que se enriquece permanentemente, incluso durante su ejecución, con nuevos aportes técnicos, territoriales y ciudadanos. Enfatizó, además, que se trata de un instrumento coherente con documentos rectores anteriores —como los Lineamientos de la Política Económica y Social— y que busca dar continuidad, desde la actualización, a las proyecciones del modelo socialista cubano.

Primeros resultados económicos

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El ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez. Foto: Captura de pantalla.

Al intervenir en la Mesa Redonda, el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, recordó que el objetivo número uno del Programa de Gobierno está compuesto por tres objetivos específicos, 50 acciones y 14 indicadores o metas, que se evalúan de manera periódica. Subrayó que este es el segundo año de implementación del programa y que, aunque cada objetivo aborda dimensiones distintas, todos tributan al propósito mayor de la estabilización macroeconómica.

Según explicó, uno de los indicadores más sensibles es la reducción del déficit fiscal, y aunque los avances aún resultan incipientes, existe una tendencia positiva. El ministro destacó que “casi todo este año hemos tenido una cuenta corriente superavitaria, algo que hacía años no ocurría en el país”, y precisó que hasta octubre se alcanzaban 40 mil millones de pesos de superávit. En sus palabras, este comportamiento muestra que el dinero que circula en la economía no exige emisiones monetarias por encima de lo previsto.

Sobre las medidas para eliminar o reducir subsidios, Alonso Vázquez señaló que, aunque están diseñadas, no se ha considerado oportuno aplicarlas en este momento debido al contexto internacional y a las tensiones económicas internas. “No es el momento, pues podría afectar la capacidad de compra de la población”, explicó.

El titular del MEP informó además que se ha perfeccionado el control de la política fiscal, lo que ha permitido detectar casos de evasión y subdeclaraciones. Paralelamente, la ONAT desarrolla un proceso continuo de actualización de sus procedimientos, con acciones de largo plazo destinadas a mejorar su funcionamiento y fortalecer la disciplina tributaria.

La política monetaria

El ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, afirmó que uno de los aspectos centrales del programa de estabilización macroeconómica es la política monetaria, la cual parte del control de la emisión para financiar el déficit y garantizar el dinero requerido en la economía.

Alonso recordó que en los últimos años se emitió el billete de mil pesos y que existen estudios que aconsejan nuevas denominaciones, procesos que se aplicarán de ser necesario. Subrayó que resulta imprescindible transformar el mercado cambiario.

El titular comentó que recientemente se ha difundido en diferentes plataformas la acción de El Toque, a la que calificó como “una acción del enemigo, bien estudiada y bien diseñada, para coartar este equilibrio macroeconómico que queremos”, fenómeno que —dijo— también se aplicó contra otros países como Venezuela. “Venezuela tenía determinados recursos y actuó de una forma. Nosotros tenemos diseñado cómo actuar para ir transformando ese mercado cambiario y ocupar un espacio que indiscutiblemente se perdió en un periodo; tenemos que rescatarlo para buscar, primero que todo, la convertibilidad del peso”, señaló.

El ministro explicó que actualmente existen tres segmentos de tasa de cambio: un grupo de actores económicos que opera a 24, otro a 120 —incluida parte de la población— y un tercero con la tasa ilegal, “no informal, sino ilegal”, que actúa bajo los designios del enemigo.

En este contexto, se diseñó un nuevo mecanismo de gestión, control y asignación de divisas, que incluye el debate sobre la dolarización parcial de la economía. “La dolarización en cualquier país sería mala, excepto en los Estados Unidos, que es quien emite el dólar. Pero, dada la situación actual y la guerra económica existente, se ha evaluado y consensuado que es necesaria ahora, para reimpulsar la economía, una dolarización parcial con determinado alcance y profundidad”, precisó Alonso.

El objetivo de esta medida es fomentar la capacidad productiva y exportadora, así como encadenar de manera efectiva a los actores económicos. “No es posible que se encadene una empresa que trabaja a 24 siendo exportadora, si compra a un actor económico que funciona a 120, a 300 o a 400, porque esto transfiere costos que hacen después imposible realizar una exportación e insertarse en un mercado muy competitivo”, advirtió.

El ministro destacó que la norma de gestión, control y asignación de divisas crea condiciones para una futura desdolarización. “Hoy hay dolarización, hoy hay transacciones en divisa, pero no son transacciones ordenadas ni consecuentes con lo que busca el programa de estabilización macroeconómica”, puntualizó.

Por otra parte, Alonso informó que este año se aprobaron 45 esquemas de autofinanciamiento para actores de la economía, en su mayoría estatales, con resultados positivos. Entre los ejemplos citó las acciones de Tabacuba, que ha importado vehículos para productores y transportadores de combustibles, y cuyos aportes se transaron de forma cruzada para salvar la genética avícola, logrando estabilizarla y avanzar en su reemplazo.

Asimismo, mencionó que la aviación cubana, con un esquema nuevo de menos de un año, ha alcanzado resultados favorables, incluyendo la incorporación de nuevas líneas aéreas y acceso a recursos para cumplir obligaciones y mantenimientos, pese a contratiempos derivados de la “economía de guerra” que enfrenta el país.

En el sector del transporte, Alonso resaltó la creación del Fondo de Desarrollo del Transporte, nutrido por esquemas de autofinanciamiento. En menos de diez meses, este mecanismo ha permitido la puesta en marcha del catamarán de la isla, la próxima llegada de 300 triciclos eléctricos, cientos de microbuses —de combustión y eléctricos—, más de 170 carros fúnebres y cinco locomotoras contratadas.

“Son aspectos que demuestran que vamos por buen camino, aunque sabemos que el camino no es corto. Estos son resultados incipientes, pequeños para las necesidades que tenemos, y debemos seguir avanzando en otros”, dijo el ministro, al subrayar que las soluciones deben ser sostenibles y ajustadas a las capacidades reales de la economía nacional.

Incrementar los ingresos y la producción

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El viceprimer ministro y ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga. Foto: Captura de pantalla.

El viceprimer ministro y ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga, se refirió a la importancia y trascendencia de incrementar los ingresos, un tema muy relacionado con la producción.

“El objetivo dos del Programa de Gobierno está enfocado a incrementar y diversificar los ingresos en divisa de nuestra economía, y el objetivo tres, en el incremento de la producción nacional con énfasis en los alimentos”, afirmó.

En primer lugar, señaló que “nuestro país no tiene acceso a fuentes de financiamiento en el sistema financiero internacional. Eso está impedido por el bloqueo de los Estados Unidos, que, como se conoce, agrava esta condición con la inclusión de nuestro país en la lista de estados que supuestamente patrocinan el terrorismo”.

Esa situación, explicó, “genera grandes afectaciones a las relaciones de nuestro país con las instituciones financieras y bancarias. Es conocido que, después de que Cuba fue reincluida en esta lista, más de 100 instituciones dejaron de operar con Cuba”.

Aclaró que no está “echándole la culpa al bloqueo de los problemas que tenemos. Estoy explicando una realidad objetiva que no podemos desconocer, y soy de los que está convencido de que, a pesar del bloqueo, podemos salir adelante con nuestros propios esfuerzos y bajo esas condiciones complejas. Ahora, para eso hay que hacer cosas diferentes”.

Un elemento fundamental, en su opinión, es que “nosotros tenemos que ser capaces, con la conducción de este programa, de alinear a todos los actores de nuestra economía en función de los objetivos de desarrollo de nuestro país. Ese tiene que ser un punto de mira permanente”.

Para obtener ingresos externos, detalló, se pueden utilizar diversas vías. “El acceso al sistema financiero internacional no lo tenemos permitido. Tenemos que exportar bienes, exportar servicios. Cuba tiene una cartera de bienes y servicios exportables que está identificada, los llamados bienes y servicios tradicionales”.

Reconoció que “ahí también ha tenido incidencia el bloqueo de los Estados Unidos, la persecución directa que han tenido, por ejemplo, los servicios profesionales que ofrece nuestro país en diversas partes del mundo. Hemos tenido que demostrar la validez de nuestros servicios para los países donde se prestan, pero no es menos cierto que todas estas presiones generan temores, indecisiones y también decisiones para dejar de recibirlos por algunas autoridades”.

“También se pueden obtener recursos en divisa a través de las remesas. Todos los países de Latinoamérica y el Caribe reciben grandes montos por concepto de remesas, y sabemos cómo estas han sido atacadas como resultado de la implementación de medidas específicas para privar a nuestro país de esos ingresos.

“Y otro componente —dijo— es la inversión extranjera directa, en la que no hemos logrado captar los niveles de inversión que necesita el país para transformar la economía”.

El viceprimer ministro fue categórico: “Estamos totalmente insatisfechos con los resultados que hemos alcanzado este año en la implementación del programa, porque los ingresos externos se van a cumplir alrededor del 88% del plan previsto. Esto significa que no hemos logrado obtener tan siquiera los ingresos que estaban planificados, que tampoco son suficientes para dar respuesta a las necesidades que tenemos”.

“Ahora, para obtener ingresos en divisas por estas vías, lo primero que tenemos que hacer es producir. Y esa es una discusión que amistosamente tenemos el ministro de Economía y yo a cada rato. A veces se dice que no exportamos, y yo digo que hay que empezar yendo a la causa del problema: para exportar tenemos que producir. Tenemos muchos rubros exportables que hoy no estamos produciendo y que tienen mercado seguro”.

Mencionó renglones conocidos como “el azúcar y todo el desarrollo de la agroindustria azucarera”, y otros en los que “hemos disminuido los volúmenes de producción, como el caso de la miel de abeja y el carbón vegetal, por mencionar algunos”. Explicó que en estos “ya se han venido implementando esquemas diferentes, modos de hacer diferente, para lograr rescatar esa producción y van teniendo impacto. Pero esto se implementó alrededor del primer semestre del año, por tanto, los impactos reales de estos esquemas se van a comenzar a apreciar a partir del próximo año 2026”.

Hay otro componente importante que es la sustitución de importaciones. “Hoy estamos importando muchos productos que se pueden producir en Cuba con calidad y a precios competitivos. No nos podemos olvidar que para exportar hay que tener en cuenta tres cualidades: el producto tiene que tener calidad, tiene que producirse a un costo que permita venderlo a un precio competitivo en el mercado y tiene que venderse de forma oportuna cuando el cliente lo necesita”.

“Y para cumplir con esas tres variables –subrayó–, las empresas que generan esos bienes exportables tienen que tener autonomía financiera para disponer de los recursos que necesitan en el momento en que son necesarios, no cuando se los demos. Ese, yo creo, es uno de los elementos fundamentales que se persigue transformar con este programa: que la empresa pueda administrar correctamente sus finanzas. Creo que es uno de los cambios transcendentales que se han venido desarrollando con la implementación de estos esquemas y que tenemos que proteger celosamente, porque son una de las vías fundamentales para superar esta situación económica”.

En el caso de la inversión extranjera, el ministro anunció: “Hay decisiones que ya se han tomado por el gobierno, que serán informadas próximamente en relación con la inversión extranjera. Creo que no es todo lo que debemos hacer; continuamos trabajando en perfeccionar, pero sí se ha aprobado un conjunto de acciones dirigidas a dinamizar el papel de la inversión extranjera en la economía. Esto va en el sentido de la simplificación de procedimientos y buscar mayor flexibilidad en su operación, de forma que realmente pueda desempeñarse de manera más activa en el desarrollo económico y social del país”.

Puso como ejemplo positivo “lo que se viene haciendo con la empresa vietnamita Agri VMA en la producción de arroz. Es un modelo diferente de negocio donde, a partir de tres variantes distintas, está obteniendo resultados que no se habían obtenido nunca en nuestro país en cuanto a rendimientos. Este es un ejemplo de una manera de hacer diferente: una tierra que se entrega en usufructo gratuito para que la empresa produzca, vinculando también a los productores locales; es decir, no los excluye, sino que los integra en ese modelo”.

“Estamos logrando resultados todavía muy modestos, pero ya para el año próximo, por ejemplo, hay un plan previsto de siembra de arroz de 200 000 hectáreas, que es una cifra que puede tener un impacto importante en las necesidades de consumo del país. Es uno de los productos de la canasta familiar que tiene un mayor impacto por su valor en el mercado internacional, y aún cuando los precios hoy no son desfavorables, por el nivel de consumo de nuestra población y su impacto en la ganadería, es muy importante”.

En cuanto a la producción nacional, el programa “concibe también el perfeccionamiento y la actualización de los mecanismos de contratación y acopio de los productos agropecuarios. Ese es un componente fundamental porque este mecanismo tiene que tener incentivos para incrementar la producción. El problema de los precios que mencionaba Joaquín se controla hoy mediante acciones de supervisión e inspección, pero realmente la solución final al problema de los precios es la oferta. Eso lo tenemos claro. Se actúa con la inspección porque tenemos que proteger a la población de actitudes de esta naturaleza, pero la solución definitiva es incentivar la producción, incrementar la oferta y permitir que concurran al mercado los distintos actores”.

“También se trabaja en el perfeccionamiento de algunas decisiones que ya se han tomado, como por ejemplo, los beneficios arancelarios para la importación de materias primas y insumos. Hoy, en determinados sectores, la importación de materias primas y insumos se ha liberado de arancel; es decir, se ha eliminado totalmente. En otros casos se aplica el 50%, y también se han gravado con aranceles superiores algunos productos que son producidos en el país y que, sin embargo, se importan indiscriminadamente”.

“Y esto se hace no solo por el sector estatal –aclaró–, hay que verlo en el conjunto de la economía, porque también hay empresas estatales que a veces importan productos que se pueden producir en Cuba. Si nosotros alineamos todas esas demandas y las ponemos en función de la producción nacional y de las capacidades que tenemos instaladas, podemos lograr una transformación importante en el entramado productivo”.

“También es importante, desde el punto de vista de los encadenamientos, la relación entre todos los actores de la economía. Y aquí viene la incidencia de los componentes macroeconómicos: cuando hay actores que operan en segmentos con diferentes tipos de cambio, se generan distorsiones que se traspasan a los precios. Eso hace que muchas veces los costos de determinadas producciones o servicios que se llevan a cabo en alianza entre actores económicos diferentes no sean competitivos para el mercado”.

“Por tanto, es fundamental, como se explicaba en el objetivo uno por el ministro Joaquín, que logremos avanzar en la solución de esas distorsiones con el mecanismo de asignación, control y gestión de las divisas y, por supuesto, en el caso del mercado cambiario”.

Sobre la venidera Feria Internacional de La Habana, en su edición 41, destacó que: “Ahí vamos a contar con una participación importante de empresas cubanas de todos los actores de nuestra economía: estatales, privadas, cooperativas agropecuarias y no agropecuarias. También van a estar presentes los territorios con sus posibilidades, productos, servicios y potencialidades. Habrá una presencia importante de empresarios extranjeros que hoy trabajan con Cuba en el ámbito comercial, que tienen inversiones en Cuba o que recientemente han incursionado en ellas”.

“Es un escenario muy propicio e interesante para propiciar, desde la organización de la feria y la conducción del programa, la interacción directa entre todas estas empresas, buscando lo que te decía al principio: alinear todos los esfuerzos en función del objetivo de desarrollo del país. Y esto hay que desarrollarlo a través de incentivos, no solamente a partir de decisiones administrativas o normativas jurídicas. Hay que generar incentivos para que las empresas conduzcan su esfuerzo en función de superar esta situación”.

(Noticia en construcción)

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