Amor por la profesión
Enamorada de un campesino de la zona, hace 45 años, una adolescente, Diana Lorenza Calafé Alfonso, recién graduada de maestra primaria y oriunda del poblado de Cere, en Camajuaní, arribó al batey de El Perico, una comunidad alejada del Consejo popular la Sierra, en Encrucijada, allí bebió de sus aguas y se quedó por siempre.
Después establecería una nueva relación de amor, esta vez con la Escuela rural “Perucho Figueredo”, donde labora hasta este momento como maestra primaria y donde ha impartido clases a varias generaciones de habitantes de la zona.
La profe Diana, como se le conoce amorosamente en el batey, es una educadora que ha logrado crear en el Perico toda una narración poética en la que ha volcado una parte de la vida interior de una comunidad que se ha mantenido fiel a su legado campesino y en la que, a través de Diana y de otros maestros formados por ella, ha retribuido con amor, gratitud y generosidad la obra enorme de un sistema educacional de más de medio siglo de existencia.
La educadora argumenta: “A esta escuela he dedicado mi vida entera y pido poder continuar aquí hasta el fin, porque es lo que me gusta hacer. Y si pudiera comenzar de nuevo yo volvería a ser maestra y vendría precisamente a este lugar”, concluye.
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