La nueva esperanza
Hace tiempo, cuando aún el mundo no estaba signado por la pandemia del coronavirus, los obreros del taller de corte y costura de Encrucijada, una unidad por 4 años consecutivos la más integral de la Empresa provincial de confecciones y calzado de Villa Clara, acrecentaban su plan de producción con la fabricación de sobrecamas, manteles y otros útiles para la Empresa y unidades del territorio, ajenos a que en breve serían protagonistas de una de las más sugestivas historias del combate contra la Covid-19.
Por orientación del Consejo de Defensa provincial, la unidad cambió su objeto social: la nueva tarea consiste en confeccionar las sobre batas sanitarias que usan los médicos que laboran en las diversas salas de aislamiento de Villa Clara y las mascarillas empleadas por los trabajadores del sistema provincial de salud.
Más de un millar de sobre batas y 20 000 nasobucos han salido de las máquinas de estas costureras que consolidan su obra con un amor infinito.
Este es un ejemplo que prueba como la vocación humanista, la solidaridad y el esfuerzo colectivo de nuestro pueblo son las bases sólidas que nos permiten construir la nueva esperanza
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