Del campo a la mesa: la consolidación de los Infante

Alguna vez la minindustria Cubanacán fue una construcción cualquiera de madera y tejas en las afueras de Santa Clara. Casi una década después, los hermanos Infante pasaron de confeccionar sus propios instrumentos de trabajo, procesar lo que eran capaces de cosechar, a conquistar los mercados de Santa Clara, Placetas, y solicitar un crédito que le permitiría importar sus propios insumos y una línea de producción con un costo cercano a los 120 mil dólares.

Desde enero de 2022, los Infante dirigen también una de las pequeñas o medianas empresas de mayor proyección en Villa Clara.

“Tenemos facilidades que no teníamos antes –explicó Maykel Infante, director de operaciones de la minindustria y socio de la Mipyme– podemos establecer contratos con empresas, proveedores y clientes, pensando en la posibilidad de exportar productos e importar insumos que necesitamos para producir.”

El objeto social de la entidad- Infante Agroalimentaria-, como su nombre sugiere, consistirá en la producción, procesamiento de productos agrícolas y su comercialización dentro y fuera de fronteras. La empresa cuenta con cuatro socios principales, todos de apellido Infante.

Reynaldo Aguilera es uno de los cocineros del turno de hoy, cobra un poco más por laborar directo con los hornos y las calderas y es uno de los testigos del despegue de esta industria. “Yo llegué hace como 8 años, cuando esto era de madera”, cuenta, “hoy estamos cocinando dulce de frutabomba, pero otro día es puré, encurtido.”

Yamilka Maceo regresó a la minindustria Cubanacán hace alrededor de 3 años. Está con el grupo que deja impecables unas botellas verdes. “Aquí se trabaja 8 horas, se entra a las 7 y se sale a las 3. Pagan bien, por hora, si hay que hacer horas extras se hacen y se pagan, si trabajas la hora de almuerzo pagan un poco más.”

“Los trabajadores se sienten beneficiados con sus sistema de pago”, asegura Osiel Ledesma, gerente comercial de la organización, “cobran según los resultados que tengan la mipyme o en este caso la mini industria, se pacta un estímulo ya sea mensual o trimestral y salen beneficiados. “

Infante Agroalimentaria, por su parte, planea para este año cerrar contratos en el sector del turismo, con tiendas de moneda libremente convertible, continuar suministrando a las entidades de Comercio y vender directamente a la población. Aunque la nueva infraestructura productiva se proyecta esté lista para abril, en lo que va de enero la empresa ya ha comercializado productos por un valor 300 mil pesos.

Por su parte, la minindustria Cubanacán aún representa el 90% de los ingresos de la CCS Ramón Pando Ferrer. Según Osiel Ledesma, “la CCS nunca se va a quedar desprotegida ya que es nuestra razón de ser, allí es donde los productores tienen su unidad y nuestra fortaleza, el punto de partida del desarrollo de la mipyme como tal y de otros productores individuales.”

“No estamos produciendo ahora mismo, pero tenemos ventas” aclara Maykel Infante, “que es otra de las ventajas que tiene, no hemos podido romper con la producción, pero sí con la comercialización.”

En Villa Clara se han solicitado unas 79 pequeñas o medianas empresas. Infante Agroalimentaria es solo una muestra del potencial económico por explorar entre el campo, el capital autóctono, la industria y la mesa de cada cubano.