miércoles, 8 mayo 2024

Seguimos de rojinegro

Cada cual también tiene su Moncada. Y con buena puntería, veo no con actitud contemplativa, cómo tocan en la diana los disparos: los campesinos en el surco, siembran o recogen lo que encuentren porque en los hospitales de campaña se libra otra batalla contra la pandemia, en las instituciones de Salud hay ancianos, embarazadas, comedores del Sistema de Atención a la Familia, en fin, personas que no se les roza.

Cuando parecía que el Apóstol iba a morir en año de su centenario, la generación de entonces liderada por un joven abogado, no lo permitió. Ahí estuvo la carga para matar bribones que pidió Villena. Y el día 26, los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes fueron los blancos para ese arbitrio convertido en motor redentor que llevó al primer día del enero  victorioso.

Y con él, la Revolución, la muchacha recién crecida que con dos y dos , con cuatro y cuatro, tomó la mano, tomó  la vida, te sigo yo, como lo significara nuestro poeta nacional Nicolás Guillén y con licencia,  ahora parafraseo.

El camino hacia la más edad, nunca ha sido pavimentado. Voluntad forjada a lo quijotesco han valido para componer quebrantos, deshacer entuertos, ayudar a los desvalidos en cualquier sitio del mundo, alinear lo torcido y sacar de espinas, rosas, que han sido las más, no las menos, basta con ver cuántos cultivos de diferentes colores hay desde una punta a la otra de esta independiente isla.

En estos días en que nos cundió la  angustia y desasosiego provocados a causa de los intentos desestabilizadores por bribones con distintas casacas, hubo que acudir corriendo a toda costa y nos vestimos con el rojinegro, símbolo de la carga impostergable de 1953, para transitar con la coraza  de la resistencia y tozuda esperanza. Y en eso andamos.

Cada cual también tiene su Moncada. Y con buena puntería, veo no con actitud contemplativa, cómo tocan en la diana los disparos: los campesinos en el surco, siembran o recogen lo que encuentren porque en los hospitales de campaña se libra otra batalla contra la pandemia, en las instituciones de Salud hay ancianos, embarazadas, comedores del Sistema de Atención a la Familia, en fin, personas que no se les roza.

Los maestros, trabajadores del Inder y otros han reinventado nuevos  terraplenes, mientras que en el campo habitual de la economía y los servicios, los demás se asignan la sostenibilidad. Y lo común de los manicaragüenses: junto al blanco, rojo y azul,  seguimos  de rojinegro.


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