sábado, 27 abril 2024

La victoria de Milei y una nueva era para Argentina

La llegada de Milei oficialmente a la Casa Rosada el venidero 10 de diciembre, significará la derrota de los dos grandes partidos políticos de esa nación: el peronismo y el radicalismo, por primera vez en los 40 años de la nueva democracia de la nación suramericana luego de la dictadura de Videla (1976-1983).

Con el 86.5% de los votos escrutados, este domingo el Peronismo dice adiós al gobierno en Argentina, tras la victoria del ultraliberal populista Javier Milei en un balotaje en el cual obtuvo el 55.95% de los votos, frente al 44.04% de su contrincante Sergio Massa.

La llegada de Milei oficialmente a la Casa Rosada el venidero 10 de diciembre, significará la derrota de los dos grandes partidos políticos de esa nación: el peronismo y el radicalismo, por primera vez en los 40 años de la nueva democracia de la nación suramericana luego de la dictadura de Videla (1976-1983).

El movimiento político que encabeza Milei, el partido La Libertad Avanza (LLA), no es considerado ni tan siquiera como tal por los analistas y expertos, más bien como una corriente con poco más de tres años de existencia, que ha sembrado en la sociedad argentina, sobre todo en los más jóvenes, ideas tan radicales como liberales, nunca antes vistas en la cotidianidad de ese país.
Milei, economista y figura de los medios de comunicación, sin ningún tipo de preparación política ni diplomática, manejó su campaña presidencial desde la perspectiva de lo que él mismo catalogó como “sinceridad total”, una postura que si bien muchos consideran una estrategia favorecedora para atraer mayormente a los sectores más jóvenes, que son a su vez los más impulsivos y arriesgados, lo cierto es que también pone en tela de juicio a su figura frente a esa casta política tradicional y conservadora, que por décadas ha manejado un sector extremadamente importante de la sociedad bonaerense.

En una Argentina en tinieblas, como la catalogara el destacado analista Jorge Liotti, uno de los puntos más llevados y traídos del cercano futuro gobierno de Milei es su compañera de fórmula y vicepresidenta Victoria Vilarruel, una mujer que ya declaró públicamente justificaciones a favor de la dictadura e ignora el drama de los desaparecidos y el dolor de sus familiares, quienes la tildan de “negacionista”.

A ello se le suma que el propio Milei ya planteó el regreso de la dolarización a la economía argentina y la erradicación del banco central, así como la disminución de varias funciones centralizadoras del Estado, aunque supuestamente mantendrá el sistema de educación y salud para todos.

En medio de este panorama que vive la nación austral tras bambalinas, la llegada al poder de un presidente que ni tan siquiera tiene conformada una estructura de gobierno inicial y que cuenta con solo tres semanas para ello, denota la instabilidad y las contradicciones dentro de una sociedad de marcada tradición política y partidista, pero que lleva años de tensiones, con acusaciones e intentos de descrédito hacia sus principales líderes y haciendo malabares para subsanar errores de un gobierno de Macri (aliado de Milei), que colocó otra vez a la economía argentina en manos de los fondos buitres, al punto de instaurar una inflación anual del 143% y la pobreza en el 43% del pueblo, cifras no revertidas, a pesar de sus esfuerzos, por el saliente gobierno de Alberto Fernández.

Al respecto, el propio Fernández escribió en su cuenta en X “Soy un hombre de la democracia y nada valoro más que el veredicto popular. Confío en que mañana mismo podamos empezar a trabajar con Javier Milei para garantizar una transición ordenada.”


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