La responsabilidad es de todos
Reiteradas veces he comentado que no salgo de casa, trabajo desde mi hogar y son tan pocas mis salidas que en los últimos tiempos solo se han limitado a: acompañar a mi madre a su vacunación, y hace unos días a mi propio proceso por ser alérgica al tiomersal.
Como ya dije la organización sirve de manera precisa para alcanzar un objetivo: la calidad de cualquier tarea o proceso que se inicia y que se lleva hasta el fin, y también es imprescindible la disciplina como conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento, de manera constante, conducen a cierto resultado. Ambas muy necesarias para lograr vencer a la pandemia.
Y no me quejo de la organización y disciplina de los implicados, o sea, personal de salud, de ellos no tengo quejas; en el vacunatorio que me correspondió todo estaba como debía.
Me refiero a la otra parte, la que nos compete como población, y que no me pareció estuviésemos cumpliendo. Vi personas fumando y hablando a la vez, por supuesto con la mascarilla en la barbilla; vi a otros intercambiar móviles para ver fotos familiares y de amigos; también y risas a carcajadas. Y animadas conversaciones y cuentos que no faltaron.
En el camino de ida y regreso, las indisciplinas también estuvieron presentes, y no me parece que tales comportamientos sean los que necesitamos y tanto se solicita por las autoridades competentes y los medios de comunicación, para frenar el contagio.
En fin, vuelvo, a “llover sobre lo mojado”, una y otra vez. Todos somos responsables de nuestra salud y de la de nuestra familia, vecinos, amigos y comunidad, cooperemos con lo que nos toca en esta batalla que ya lleva casi dos años.
Las cifras de contagios al cierre de cada día aún son altas y en Villa Clara suben y bajan como un columpio, y es ahí donde está la causa de esa inestabilidad: en la disciplina y organización de todos los implicados.
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