domingo, 13 octubre 2024

Estados Unidos a las puertas de unas complejas elecciones presidenciales

Estados Unidos se prepara para una de las campañas electorales más controvertidas que ha vivido en los últimos años: por un lado el Partido Demócrata, al parecer, apostará por la reelección del actual mandatario Joe Biden y por el otro, los Republicanos virtualmente ya posicionan como su favorito al ex presidente Donald Trump (2017-2021), con toda la parafernalia mediática y el “caos” que arrastra consigo.

Estados Unidos se prepara para una de las campañas electorales más controvertidas que ha vivido en los últimos años: por un lado el Partido Demócrata, al parecer, apostará por la reelección del actual mandatario Joe Biden y por el otro, los Republicanos virtualmente ya posicionan como su favorito al ex presidente Donald Trump (2017-2021), con toda la parafernalia mediática y el “caos” que arrastra consigo.

La carrera por la Casa Blanca el próximo 2024 maneja a un extremo las críticas continuas y agravadas en los últimos tiempos a la gestión gubernamental y especialmente económica del presidente Biden, pero sobre todo, a su lucidez y capacidad mental para una segunda temporada en el Despacho Oval (téngase en cuenta que ha sido el mandatario estadounidense de mayor edad al ocupar su cargo, actualmente tiene 80 años).
En ese sentido, en jornadas precedentes numerosos analistas y medios de comunicación de renombre internacional, han detenido sus comentarios en gestos, posturas y actitudes incorrectas o ausentes del presidente Biden, por ejemplo, al parecer olvidó hace poco el saludo protocolar obligatorio a su homólogo de Brasil durante un encuentro oficial.

A ello se le suma, por solo mencionar algunos datos recientes, que la postura norteamericana en el conflicto ruso-ucraniano o lo que es lo mismo, la perenne guerra de Washington contra Moscú, le ha costado y le está costando muchísimo dinero no solo al pueblo norteamericano, sino también a los contribuyentes y a grandes compañías que han visto afectadas sus operaciones petroleras, las relacionadas con los granos o con el aceite, amén de que, como siempre, el lobby armamentista se embolse millones.

Si bien el extremo Republicano encabezado por Trump muestra un panorama bastante lejos también del “ideal”, lo cierto es que ha sabido aprovechar muy bien el momento de declive del actual gabinete, atar cabos a partir de esos errores (sobre todo económicos, nunca olvidemos que el Capitalismo se rige ante todo por el dinero), y esconder bajo la alfombra o descontextualizar el juicio político que enfrenta el magnate por el asalto al Capitolio.

En este panorama la guerra en Ucrania y el tema migratorio apuntan a ser los decisores de la balanza electoral del próximo año, sobre lo que el propio Trump ya declaró que reimpondrá y ampliará una prohibición de viajar que afectaba a varios países de mayoría musulmana como Siria, Irán, Libia y Somalia, o sea, la vuelta total a la Islamofobia que afianzó sus raíces convenientemente en la población estadounidense tras el atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001, pero que convierte a los Estados Unidos en los “defensores divinos” designados para acabar con el “mal árabe” o lo que es lo mismo, la consigna de Trump: “Make America great again” ( hacer a América grande otra vez).

Aunque el propio candidato republicano no se ha pronunciado oficialmente, lo cierto es que varios especialistas vislumbran una solución más real del tema Kiev con Trump a la cabeza que con Biden, debido al marcado pensamiento y actuar económico del primero por su carácter de empresario y no de político, lo que podría significar el empujoncito que lo consolide de nuevo en la total aceptación de un sector poblacional y financiero importante.

Por otro lado, aunque los dos gobernantes mantuvieron la postura habitual de “trato diplomático” a naciones consideradas en muchos sentidos enemigas como Rusia, China e Irán, hay que reconocer que en el periodo presidencial de Trump se respiró en muchos aspectos una estabilidad en cuanto a los vínculos económicos beneficiosos para ambas partes, no así en el caso de Biden, quien ha arreciado las sanciones contra el Kremlin y Beijing, trayendo consigo el encarecimiento de materias primas de primer orden para su propia economía nacional y para sus amigos de la OTAN, poniendo a Europa al borde del colapso en varias ocasiones.

Fuera de especulaciones, vaticinios y pronósticos que no pocas veces también se equivocan, porque en política 2 más 2 no siempre son 4, hasta la fecha el candidato republicano, según publica el sitio web ruso Sputnik, lidera la intención de voto por estados con 312 puntos frente a los 226 del actual presidente, cifras que, dado el funcionamiento del sistema electoral norteamericano, no deben variar tan drásticamente de uno u otro lado.


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