El peligro no ha pasado
Más de un año de enfrentamiento a la COVID-19 constituye uno de los retos más grandes que han tenido los cubanos en medio de un recrudecimiento del bloqueo económico y financiero y de una fuerte campaña subversiva. Millonarios han sido los recursos materiales, financieros y humanos que el gobierno ha destinado para garantizar la atención de pacientes contagiados y positivos al nuevo coronavirus, donde las cifras continúan siendo alarmantes a pesar de las medidas adoptadas en cada territorio.
Más de mil 100 casos positivos diarios es el promedio en el país que ya acumula cerca de 160 mil contagiados y más de mil fallecidos, mientras Villa Clara, provincia que había mantenido un control de la enfermedad, experimenta un alza durante los últimos días con un acumulado de 367 y cerca 3000 contagiados desde que inició la pandemia.
Y es que las cifras hablan por sí solas. El comportamiento de muchas personas está muy alejado del valor de la disciplina y la responsabilidad que exige el contexto epidemiológico.
El incumplimiento a las medidas preventivas recomendadas por las autoridades de salud en algunos lugares para evitar el contagio, la baja percepción del riesgo, el relajamiento del distanciamiento social, visto en la realización de celebraciones y en el actuar cívico cotidiano, reflejan cómo, en la psicología de muchos villaclareños, la pandemia, al parecer, va de pasada.
Aunque en el país se desarrolle la intervención sanitaria donde más de 3 millones de personas ya se han vacunado al menos con una dosis de alguno de los candidatos vacunales, el peligro de contraer el virus es una realidad que afecta a todos con consecuencias fatales, máxime cuando en el territorio nacional circulan cinco variantes y seis patrones mutacionales del SARS-COV-2.
Un año y cuatro meses es el tiempo de una batalla que le ha cambiado la vida a un país y a once millones de cubanos. Una batalla larga y dura que no permite un mínimo de descuido. El actual escenario epidemiológico continúa siendo muy complicado. El llamado, próximo al inicio de los meses de verano, es a la disciplina, a la responsabilidad individual, a cumplir con los protocolos sanitarios y no bajar la guardia, para entre todos, lograr ver una luz al final de ese túnel que nos ha arrebatado la tranquilidad y la vida de seres queridos.
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