sábado, 20 abril 2024

COVID-19 en Cuba: aciertos y desafíos en un año complejo

En 2021 Cuba se convirtió en el primer país del mundo en realizar una campaña de vacunación para inmunizar contra la COVID-19 a su población pediátrica, comprendida entre los dos y 18 años de edad.

Actualmente, más de nueve millones de cubanos tienen el esquema completo de vacunación, lo que representa más del 86 por ciento de la población, y superan el millón la cantidad de personas que han recibido la dosis de refuerzo.

Desde una perspectiva científica y metodológicamente se ha desarrollado la estrategia de vacunación, la cual ha permitido garantizar altas coberturas de inmunización con vacunas propias y revertir la situación epidemiológica que atravesaba la nación.

Tras un 2020 donde se logró el control del SARS-CoV-2, causante de la pandemia de la COVID-19, el 2021 estuvo marcado por una compleja situación epidemiológica al producirse un incremento acelerado de contagios en todo el territorio nacional.

La entrada al país entre diciembre y febrero de variantes del virus más contagiosas, principalmente la Beta (notificada por primera vez en Sudáfrica), supuso un aumento en los casos, los que con la llegada de Delta (aislada en India) ascendieron aún más, al punto de registrarse en el mes de agosto los mayores picos en cuanto a personas positivas y fallecidas.

En septiembre, con el avance de la vacunación y las medidas adoptadas, comenzó el descenso de los casos que hasta hoy se mantiene, aunque en los últimos días se reporta un incremento en los pacientes positivos con respecto a semanas anteriores.

Para hacerle frente a la situación epidemiológica, en el año se expandió la red de laboratorios de Biología Molecular hasta llegar a todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.

Acorde con las experiencias aportadas por la ciencia y el manejo de la enfermedad, se garantizó la actualización constante y oportuna del Protocolo de Actuación Nacional para la COVID-19 y el Plan para la Prevención y Control del nuevo coronavirus, aprobado por el Consejo de Ministros en enero de 2020.

Como parte del protocolo, el sistema de salud cuenta con un algoritmo de atención a los pacientes convalecientes y existen estudios que evalúan el comportamiento de las secuelas renales, neurológicas, pulmonares y psicológicas, entre otras que provoca el virus.

Desde la ciencia en estos meses también se conformó una carpeta con productos desarrollados por el Grupo Empresarial BioCubaFarma, entre los que se destacan inmunomoduladores; antivirales; medicamentos antiinflamatorios; equipos médicos; y diagnosticadores serológicos y moleculares.

Entre los medicamentos biotecnológicos resaltan los interferones (Heberferon, Heberon y Nasalferon), el péptido Jusvinza y los anticuerpos monoclonales Nimotuzumab e Itolizumab.

La labor de los científicos permitió disponer, además, de hisopos y medios de cultivo cubanos, así como ventiladores pulmonares producidos por la industria y su Centro de Neurociencias, que han ayudado en la atención de pacientes graves.

Uno de los hitos en el 2021 fue el autorizo de uso en emergencia otorgado por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos a las vacunas cubanas Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, las cuales demostraron un elevado nivel de eficacia frente a la enfermedad sintomática.

En el caso de Abdala alcanzó un 92.28 por ciento y con la combinación de Soberana 02 más Plus se logró un 91.2 por ciento, lo cual las ubica entre las primeras de su tipo en el mundo.

De igual forma, los candidatos vacunales Soberana 01 y Mambisa se encuentran en etapa de ensayos clínicos con buenos resultados, y se inició el proceso para el reconocimiento de las vacunas cubanas por la Organización Mundial de la Salud, con el propósito de incluirlas en su lista de uso de emergencia.

Aprender a convivir con la COVID-19 es uno de los retos para la población cubana en 2022, principalmente cuando aparecen variantes del SARS-CoV-2 más transmisibles como Ómicron, que ha implicado reforzar las medidas de control sanitario internacional y adoptar con sensatez el nuevo código de vida: uso obligatorio de la mascarilla sanitaria, lavado frecuente de las manos, empleo de soluciones desinfectantes y distanciamiento físico.

Esta variante, identificada en Cuba y en más de 100 países del orbe, encendió una vez más las alarmas para el sistema nacional de salud y ya existen un grupo de medidas que se tomarán para organizar la pesquisa activa y los servicios sanitarios ante un posible aumento de casos.

Igualmente, se lleva a cabo la estrategia de vacunación de refuerzo que adelantó su cronograma por el peligro que representa la nueva variante, de ahí que no se esperará a los seis meses después de completado el esquema de vacunación para aplicar el refuerzo, sino que será a partir de los tres meses.


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