jueves, 16 mayo 2024

Memoria Viva: Etapa Colonial (I)

Próxima a su aniversaio 330, Santa Clara atesora una rica historia don de se entreteje la leyenda con la realidad.

Próxima a su aniversaio 330, Santa Clara atesora una rica historia don de se entreteje la leyenda con la realidad.

Situada casi al centro de Cuba, la ciudad de Santa Clara es la capital de la actual provincia de Villa Clara. Formó parte del antiguo territorio de Las Villas junto a Cienfuegos y Sancti Spiritus hasta 1976, tras el establecimiento de una nueva División Político-Administrativa en la Isla.

Según afirman muchos historiadores, fue fundada el 15 de julio de 1689 por un grupo de 18 familias de la Villa de San Juan de los Remedios, que alentadas `por el frecuente asedio de corsarios y piratas, decidieron trasladar ese asentamiento al centro- sur del país para así tener una mayor seguridad y protección.

Otros especialistas señalan en cambio que Santa Clara fue fundada esa misma fecha por 175 personas, de las cuales ciento treinta y ocho pertenecían a dos grandes familias que ya vivían en la zona y eran por lo tanto los propietarios de la tierra elegida para la nueva ciudad. Las 37 restantes procedían de otras 7 familias, más un sacerdote y un gobernador, que si eran originarias de la ciudad remediana. A ello se le atribuye a que su surgimiento estuvo vinculado a intereses de índole económica.

El acto de fundación se celebró con una misa bajo un árbol de tamarindo en un lugar conocido posteriormente como la “Loma del Carmen”, donde un tiempo después se construyó una Ermita rústica para conmemorar el suceso.

En sus comienzos, el asentamiento fue llamado Cayo Nuevo, luego Dos Cayos, Villa Nueva de Santa Clara, Pueblo Nuevo de Antón Díaz, Villa Clara, y finalmente Santa Clara.

La construcción de la ciudad comenzó cerca de la colina de Carmen, entre los ríos Bélico y Cubanicay, como una ciudad concéntrica, siguiendo las normas del urbanismo español de la época bajo las Leyes de Indias.

Se diseñó en perfecto cuadrado, con una Plaza Central o de Armas (Plaza Mayor, hoy Parque Vidal), en torno a la cual fueron erigidos los primeros inmuebles: el Cabildo o ayuntamiento (la Institución de Máximo Poder), y una modesta iglesia hecha también de madera de palma y guano. Alrededor de esas construcciones proliferaron paulatinamente los primeros caminos, calles, viviendas y edificaciones.

Parroquial mayor

Durante esta etapa se talaron bosques cercanos al poblado para utilizar la madera en las construcciones, mientras el terreno se fue mercedando en solares a solicitud de nuevos vecinos y otras tierras se aprovechaban en la siembra de arroz, maíz, viandas, frutos menores, trigo, higo, y tabaco para el autoabastecimiento de los lugareños.

En los tres últimos años del siglo XVII la población fue en aumento con el asentamiento de nuevos vecinos, se crearon los primeros establecimientos de servicios y se fundó un pequeño ingenio azucarero llamado “San Antonio” en el terreno conocido como “Las Bocas”, el cual era de madera, movido por caballos, con caldera de cobre, con una dotación de cinco esclavos y ocho cañaverales.

Poco después de la fundación, se construyeron también un pequeño Hospital, un teatro, una cámara de comercio, clubes y salas de baile y fue erigida en ladrillo la Parroquial Mayor, en sustitución de la Ermita de la Candelaria, sucesora de la primera iglesia de madera de palma y guano construida en la Plaza de Armas.

La ciudad comenzó a traspasar los límites de su trazado inicial hacia el sur y norte de su territorio y con ello a surgir nuevos barrios como La Tanoya (luego Pastora) y el Condado, que acogían a sus habitantes más pobres, los cuales reclamaron la edificación de una nueva iglesia (La Divina Pastora), para poder asistir a los cultos religiosos.

Surgida casi junto a Matanzas en el siglo XVII, Santa Clara fue desde sus inicios una ciudad modesta, de tránsito, para quienes llegaban y se establecían provisionalmente a la espera de mejores horizontes en su economía.

No fue hasta los años 20 del Siglo XIX en que Santa Clara comenzó a alcanzar un considerable desarrollo por su posición geográfica privilegiada ante el fomento de la Industria azucarera, la ganadería y el cultivo de tabaco y café en territorios aledaños.


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