“La seguridad es la vía que conduce mi vida”
A través de ejercicios de grupo y discusiones abiertas, exploraron los retos diarios que enfrentan los linieros, las medidas de seguridad que pueden significar la diferencia entre un día más y un accidente evitable.
La inclusión de las familias en estas dinámicas es fundamental. No solo se les informa sobre los riesgos y medidas de seguridad, sino que también se les da voz para expresar sus preocupaciones y ser parte activa del sistema de apoyo. «Cuando él sale al amanecer, solo pido que vuelva con la misma sonrisa con la que se despidió», confesó Anelis, la esposa de uno de los linieros, con voz firme pero cargada de emoción.
La importancia de estos intercambios radica en la creación de un entorno de trabajo donde los linieros se sienten no solo como empleados, sino como miembros valiosos de una gran familia empresarial. Surge un círculo virtuoso de cuidado, donde el liniero se siente acompañado tanto en el hogar como en el trabajo.
Este tipo de intercambios humaniza la relación entre la empresa y sus trabajadores, y muestra que la seguridad trasciende los manuales y las normativas; es una cultura de prevención y cuidado que se construye día a día con la participación de todos.
Por eso Yosbel, Jesús, Rafael, Leonel, Yariel, Yasmany, Lázaro, Machín y Yoan son un ejemplo de cómo la seguridad laboral puede ser una obra colectiva, tejida con la fuerza de la unidad y el compromiso mutuo.
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