Katery en tiempos de la Covid-19
Katery es una pequeña de cinco años muy hermosa y parejera, con un lenguaje muy coloquial. Ella, como muchos niños, estaba ansiosa porque llegara el 1 de septiembre para terminar su cuarto año de vida y así pasar el 1de octubre para el preescolar.
Estrenar su uniforme blanco y rojo, compartir con sus amiguitos de aula, aprender sus primeros trazos, pronunciar los primeros fonemas, cantar y jugar junto a sus seños eran las mayores ilusiones de Katery. Pero la pandemia mutiló nuevamente los sueños de pequeños como Katery que hoy no entiende por qué tienen que permanecer aislados en casa, jugar solos, o no poder visitar a su amiguita Diana que vive a dos puertas de esta pequeña.
El tercer rebrote del SARS- COV-2 que ya acumula más de 21 mil 800 casos positivos en el país y con cerca de 200 fallecidos, obliga a todos a cambiar las rutinas de vida y a permanecer en el confinamiento.
Por ello a Katery no se le ve jugar en el portal, ahora permanece la mayor parte del día en su cuarto o en la sala atenta a las teleclases y realizando varias actividades que sus abuelos le dosifican para el día.
“Hemos reorganizado toda la dinámica de la casa para lograr que la niña se mantenga entretenida. Por la mañana la dejamos que duerma hasta las 9 y luego nos ponemos en función de sus deberes escolares a partir de las indicaciones dadas por su maestra. Le leemos algunos cuentos y sobre ellos le hacemos preguntas, ejercitamos los trazos, fonemas y figuras geométricas. Compartimos junto a ella las teleclases, se la grabamos y luego ejercitamos.
En horario de la tarde su abuelo y su hermana mayor juegan con ella en el patio, monta bicicleta y en el portal le tenemos montado una casita de juguete para que ella juegue. De igual forma la hermana que está en 12 grado, con sus obligaciones escolares también le enseña algunas manualidades, como confeccionar pulsitos, ropitas para sus muñecas, adornos para su cuarto, así como sembrar planticas para que ella misma las cuide, al tiempo que cultivamos el amor por la naturaleza. En el horario de la noche todos los miembros de la casa jugamos dominó,parchís o damas, de tal forma que la niña se mantenga entretenida, comenta la abuela.
La vida de Katery es similar a la de Matew, Lucas o Mía quienes han tenido que adaptarse a una nueva realidad que por cerca de un año los ha privado además de paseos, de compartir cumpleaños, piyamadas y hasta de las visitas de abuelos y tías. Una realidad muy difícil que no permite cansancio y menos un descuido, sino que exige de la colaboración y disciplina de todos para que pronto regresen los sueños de niños como la simpática Katery.
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