Envejecimiento poblacional, asunto del presente y el futuro
Las estadísticas lo ubican como un territorio vulnerable con cerca de 21 mil habitantes, pero más allá de las cifras que pueden a la ligera tornarse frías, la realidad apunta a que en los años venideros, alrededor del cincuenta por ciento de la población podría estar inactiva o necesitada de cuidados.
Ante esta cruda realidad, que no escapa de la atención del gobierno cubano, en este municipio urge hacer acompañar las políticas que se trazan a favor del bienestar de los ancianos, con un trabajo más estrecho entre los sectores de la sociedad: diseñar espacios o actividades que promuevan la participación de este grupo etario y la creación de centros tan demandados por la población, como un hogar de ancianos; una institución que despareció hace algunos años en el municipio y que se necesita.
Entre los centros para la atención a los adultos mayores, destaca la casa de abuelos Juan Martínez, un inmueble con capacidad para 25 personas, ejemplo de políticas públicas que emprende el sistema de Salud en alianza con el estado a favor del bienestar y cuidado de los mayores. El colectivo es ejemplo de buen servicio y buen trato a los ancianos, pero aún insuficiente para atender a toda la población que en próximos años estará necesitada de cuidados. De igual forma, el Sistema de Atención a la Familia realiza un coherente y reconocido trabajo a través del sistema de atención a la población en condiciones de vulnerabilidad.
Al fenómeno del envejecimiento poblacional en el norteño municipio, se añade el decrecimiento de la natalidad, el incremento de las defunciones y el fenómeno de la migración externa e interna, con elevado número de jóvenes que abandonan el territorio por distintas causas. Esto trae consigo que la población laboralmente activa, en venideros años, disminuya considerablemente, por lo que ante esta realidad, serán más los que necesiten cuidado que los cuidadores, una cifra a mirar con prontitud, sensibilidad y visión de futuro, teniendo en consideración que la población laboral es el motor impulsor del desarrollo y bienestar y nuestros patriarcas son los que a lo largo de los años han regalado los mejores años de su vida a favor del desarrollo de la sociedad.
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