“Ellos ocuparon toda mi vida”

Hipólita Hernández Rodríguez revive aquellos agitados días en que se crearon los círculos infantiles, desafiando las acciones de la contrarevolución que trataba de tergiversar el verdadero propósito de las instituciones, bien que lo supo ella, una de las fundadoras del Circulo Infantil “Flores de la Vida”.

“Fuimos casa por casa explicando a las familias que era la oportunidad para que la mujer se incorporara al trabajo, mientras que su hijo estaba bien cuidado y aprendiendo”, enfatiza con un brillo en los ojos que delata el entusiasmo de quien protagonizó una de las obras más hermosas de la Revolución cubana.

Fue muy emocionante, todos apoyaban con trabajos voluntarios, con donaciones, y se pudo inaugurar con 45 niños, casi todos procedían de los tres centros de trabajo que apadrinaron la obra; el despalillo, la tabaqueria y la fábrica de calzado, comenta Hipólita, mientras asegura que sus niños fueron el complemento de su vida, porque disfrutó cada instante de los más de 25 años como educadora, aunque fue llamada en varias ocasiones para ocupar cargos en la dirección del centro, prefirió quedarse en su labor de educadora porque le permitía estar mucho más cerca de ellos y disfrutar de sus avances.

A pesar de los 60 años transcurridos, Hipólita se siente dichosa pues todavía la recuerdan y visitan, como “Palomino”, que viene y le baila la Mazurca, esa canción infantil que aprendió con ella y en señal de agradecimiento le recuerda aquellos momentos,cada vez que pasa por su casa y así muchísimas anécdotas que conforman la gran recompensa del orgullo de su vida, haber sido fundadora de los círculos infantiles.