El vicio de Abel: sembrar y cosechar
Son las cuatro hectáreas de tierras que tiene asignadas el remediano Abel Gonzáles López, un hombre que ha ligado su destino, y el de su familia, a sacarle a esa tierra todas las frutas y hortalizas posibles y de ahí ponerlas en las tarimas a donde van sus coterráneos a comprar alimentos.
Su finca es conocida por Colón y está integrada al sistema productivo de la Cooperativa de Créditos y Servicios ¨José Martí¨ del municipio Remedios.
Cuando usted recorre la plantación de Abel lo que más impresiona son sus frutales de los que tiene plantadas tres hectáreas.
El guayabal resalta tanto por su densa población como por el tamaño de las guayabas, cuya dulzura y frescura dan satisfacción al más exigente paladar.
Lo mismo podría decirse de la extensa plantación de mangos, que en esta época está abundantemente florido, así como de las matas del llamado Mamey Colorado, una fruta algo exótica pero muy apreciada para jugos y batidos y de las que cada planta tiene cientos de ejemplares.
Ahora no hay plantadas Frutas Bomba pero en años anteriores han crecido allí muchos surcos de las llamadas Papayas Maradol Roja, de gran dulzura y apreciable masa jugosa.
Las hortalizas pueblan la hectárea restante de la finca de Abel. Son cultivos de estación que necesitan atenciones culturales específicas según la variedad.
Ahora tiene miles de plantas de pepino y sobre todo de tomates que presagian una cosecha extensa y muy colorida.
Acompañan a Abel en esta aventura agrícola unos 10 trabajadores que derraman su disciplina agrícola y el sudor de su cuerpo sobre estas tierras de Remedios en la que se ha constituido en una de las mejores entidades agrícolas del municipio.
Unas 100 toneladas de frutas y hortalizas salieron de aquí para los mercados y destinos sociales en el pasado 2020, cifra que se proponen superar este año y así sacarle el máximo al sistema de riego por goteo que de manera artesanal allí fue instalado.
Como un verdadero jardín de frutas puede calificarse la Finca Colón, donde el remediano Abel Gonzáles sacia el más persistente de sus vicios que es el de sembrar y cosechar.
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