El Coppelia santaclareño en tiempos de pandemia
En el mes de febrero cumplió la Heladería Coppelia más de 50 años en la preferencia de los pilongos y de tantos y tantos visitantes que concurren en busca de un sitio para compartir en familia o con amigos. Hoy, en tiempos de COVID-19, su accionar es diferente.
Este cumpleaños de Coppelia se recibió con una imagen renovada, desde entonces su planta alta abrió sus puertas cada tarde- noche para, junto al primer piso, deleitar a sus invitados. Nuevas ofertas y variedades comenzaron a gustar a los que allí concurrían, e incluso a reclamar más y exigir mayor esfuerzo a su colectivo.
Esta insigne institución gastronómica, aun cuando abre todo el año, siempre recibe al verano con las más variadas ofertas. Por estos días, en otras etapas, ya el flujo de personas era inmenso, sin embargo, la COVID-19 también le cambió la rutina a la heladería santaclareña. Aun no abre sus puertas al público para evitar aglomeración de personas y con ello el contagio.
Lo que no quiere decir que puertas adentro su colectivo no continúe con su misión. La pequeña fábrica de helados que en su segunda planta existe tras su recuperación, elabora unos 600 -700 galones diarios como promedio, mientras que sus trabajadores se encargan de empacar sus producciones con la higiene e inocuidad que requieren y los envían a los diferentes destinos priorizados, que al final se traduce en servir también al pueblo, aunque de diferente manera.
Centros de aislamiento, hospitales, organismos y centros de trabajo vinculados al enfrentamiento de la pandemia, reciben sus variadas especialidades y sabores, así lo hizo saber Deisy Gómez Hurtado, su administradora.
Hogares de ancianos y de embarazadas, el Sistema de Atención a la Familia y barrios santaclareños, reciben también sus ofertas a través de sus dos puntos móvil, estos últimos según orientaciones del Consejo de Defensa, acotó su administradora.
Y si bien es cierto que el pueblo de la ciudad extraña a su heladería abierta y con variadas ofertas, este mismo pueblo agradece lo que hoy hace esta institución, convencido de que en esos lugares son más necesarios. Mientras, espera que la pandemia nos permita volver al Coppelia de antes.
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