La consagración de Karim

Karim Benzema fue un caso clásico de consagración demorada. Su redención tardó más de una década. En el trayecto tuvo dos hijas, dos relaciones de importancia, múltiples escándalos judiciales y razones para marcharse a otra parte y no quedarse solo en Valdebebas cuando los demás se iban de gira con su selección.

Jugó el rol de actor de reparto, menospreciado por los que ahora lo adoran. Nunca cotizó en la bolsa como aquellos que marcan 25 goles, aunque no asistan de espaldas, ni generen ritmo como un ’10’, ni resuelvan con semejante elegancia un pase aéreo en movimiento. Florentino Pérez compró las piernas francesas mejor cotizadas del momento, aunque tardara 5 años en ganar una Champions y 3 en ganar La Liga.

La hermandad y mentoría del último balón de oro francés hizo a Benzema reconsiderar su estancia en Madrid. Ambos hablan poco y dicen mucho. Descienden de argelinos y crecieron en urbes complicadas. Zidane llegó consagrado al Madrid. Benzema tuvo que ganárselo todo. Cuando Zidane dirigió acomodó el equipo al compás del gato. Benzema prefería jugarse una rodilla a defraudar su ídolo.

‘Llegaba 45 minutos antes del entrenamiento y se marchaba una hora después’, confesó Zidane. Descuidó la fractura de su meñique derecho para mantener su ritmo de estocadas. Trabajaba de cara al arco para darse el lujo de tener 30 minutos malos y torcer el partido a la riposta. Para sufrir tres veces lo que suda, filosofía de contrastes, como solo el Madrid sabe hacerlo. Siempre fue jugador de élite que en la era Zidane pasó a extraordinario.

El Gato eligió quedarse en una institución que pasó de mercadear galácticos a probar con talento adolescente. Hay transnacionales más susceptibles a ‘merecer’ balones de oro. Trabajó para pateadores letales e hizo de la efectividad el lenguaje romance del fútbol. En la decimocuarta Champions merengue uno de cada tres disparos de Karim acabaron en el coro más repetido del mundo.

Los felinos viejos tienden a perder el olfato, pero el suyo tuvo un desarrollo pogresivo. Según MARCA sus primeros 100 goles tardaron 5 años con 5 meses. Cuatro años con 10 meses después anotó 200. Tres años con dos meses marcó el 300. Solo Cristiano Ronaldo puede decir que marcó más goles que Benzema para el Real Madrid.

A la sombra de otros cracks, hasta la temporada pasada Karim no lideraba en goles una competición desde su era en el Lyon. Unos cambian de escudo para quemar etapas, otros viven etapas defendiendo el mismo escudo. La edad resulta la gran falacia del fútbol cuando los 5 primeros del Balón de Oro pasan de las 3 décadas.

El premio de la revista France Football y el de mejor jugador UEFA son, apenas, los primeros títulos individuales que gana Benzema jugando de blanco. Después de 14 temporadas, el ‘9’ que no marcaba suficiente cumplió el “sueño de un niño como todos los niños”, tal vez por concentrase en hacer mejor a su equipo, tal vez por dejar de perseguirlo.