Guerra avisada, no mata soldado
Quizás sean las casualidades, o quizás la divina providencia, o el fatalismo geográfico o simplemente una mala suerte ,pero lo cierto es que en medio de un complicado y tenso escenario epidemiológico en Cuba, se suma ahora el peligro inminente de un fenómeno hidrometeorológico.
Al igual que el pasado año, cuando en medio de la pandemia Cuba tuvo que enfrentarse a los ciclones tropicales Laura en agosto y Eta en noviembre, los cubanos volverán a vivir la misma historia.
A diferencia del pasado año, hoy la situación epidemiológica es alarmante, con cifras diarias que rebasan los más de 2700 contagiados como promedio, y con jornadas de hasta más de 3000. A ello se suma la circulación en el territorio nacional de cuatro variantes de virus del SARS COV-2, y entre ellas la variante Delta, muy contagiosa. Significa que el país desde hace más de un año y en la presión de un férreo cerco económico y financiero, ha desembolsado cifras millonarias para el sostenimiento de una dura batalla por la vida que implica cuantiosos recursos materiales y humanos.
De allí el llamado urgente a la población: ser en estos momentos más consecuentes, responsables, disciplinados y colaborativos. La patria necesita de un apoyo extra para mitigar las consecuencias de un huracán en medio de una poderosa pandemia que no ha dado ni un minuto tregua.
Urge cumplir con todas las medidas orientadas y que cada cubano conoce de memoria, gracias al sistema de alerta temprano para reducir riesgos y vulnerabilidades.
Hoy, cuando pudiera parecer que tenemos mucho tiempo, antes que comiencen a deteriorarse las condiciones climatológicas, es necesario que la población limpie sus tragantes, fosas, azoteas; recoja los escombros; asegure techos y persianas; acuda a buscar la canasta básica y cree una reserva de agua potable.
Los habitantes de zonas costeras y cercanas a ríos deben tomar todas las medidas para proteger sus recursos y de manera especial, la vida. Como ya es tradicional, tienen que estar preparados para una posible evacuación, la que exige de una mayor disciplina y organización para evitar contagios por el coronavirus.
Es tiempo para organizar y preparar en las viviendas todas las condiciones para la protección de las posibles intensas precipitaciones y fuertes vientos.
Aun cuando la cercanía de un evento meteorológico obliga a salir a la calle en busca de toda una logística para asegurar varios días en casa, hay que reducir la movilidad solo a lo estrictamente necesario, evitar el contacto entre personas y mantener celosamente las medidas higiénico-sanitarias .
Ni por un minuto la población puede descuidar el peligro que representa la presencia del terrible SARS COV-2 que ya rebasa en el país la cifra de los 17 mil 400 contagiados.
El momento demanda de la unidad, la responsabilidad y la disciplina de cada cubano para vencer este nuevo desafío. Como dice un viejo refrán popular: guerra avisada, no mata soldado.
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