Corregir fisuras es lo más urgente para enfrentar a la Covid-19
Durante cerca de 12 meses los cubanos hemos tenido que cambiar los hábitos de vida. El país ha tenido que reajustar la economía, la educación ha buscado alternativas para mantener desde casa el proceso educativo y el personal de salud ha hecho un esfuerzo descomunal para mantener los servicios y evitar el contagio.
Sin embargo, luego de aprender durante varios meses cómo evitar la propagación del nuevo coronavirus, las cifras en Cuba continúan en ascenso rebasando los 26 mil 600 contagiados y más de 200 fallecidos, cifras para alarmarse.
Y es que han existido fisuras en el enfrentamiento a la Covid -19 donde todos hemos tenido una cuota de responsabilidad. De un lado nos confiamos, creímos que el descenso de las cifras de positivos significaba que el virus ya no representaba un peligro. Los protocolos de actuación fueron relajándose y la población sintió cada vez menos la percepción del riesgo, factores oportunistas para el SARS –CoV-2.
Hoy el país enfrenta un tercer rebrote y Villa Clara se encuentra en la lista de las provincias de mayores incidencias y con 16 niños infestados. Sin embargo, a pesar del esfuerzo que realiza el territorio para evitar la propagación del letal coronavirus, aun existen fisuras que necesariamente tendrán que corregirse.
Las pesquisas activas, una de las vías para detectar posibles contagiados y personas con sintomatologías respiratorias, aun no abarca todo el universo de viviendas en la provincia. En mucho lugares estas no se realizan con la sistematicidad necesaria y la encuesta epidemiológica es superficial.
La demora en el resultado de los PCR, y en el traslado de los pacientes del área de salud a un centro hospitalario o de aislamiento, así como el no seguimiento del médico del consultorio a ese paciente aislado en la comunidad, unido al débil trabajo de terreno, son eslabones de esta cadena que hay que articularlos bien para impedir la dispersión del virus.
Otra de las brechas son el no cumplimiento estricto de los protocolos de bioseguridad en centros asistenciales y laborales. De igual forma la inconstancia de algunas administraciones en la aplicación de las medidas higiénico-sanitarias y en el control de los trabajadores con sintomatologías respiratorias, permitiendo la permanencia de estos en sus puestos laborales.
Los puntos de control en fronteras, una de las medidas para cortar la cadena de contagios entre un territorio y otro, o con provincias vecinas, no siempre funcionan con la seriedad que llevan.
En tanto el comportamiento cívico en estos últimos meses no ha sido el mejor, siendo las aglomeraciones en colas el espacio ideal para contraer la enfermedad. Las indisciplinas sociales, el mal uso del nasobuco, el no cumplimiento de las medidas sanitarias y del distanciamiento físico y social, así como la irresponsabilidad de muchos adultos que han expuestos a menores a la enfermedad, han sido causales determinantes en el incremento vertiginoso de los casos positivos.
Corren tiempos muy difíciles y peligrosos que requieren de la responsabilidad y la colaboración de todos. No basta con que el país tome medidas para contener la pandemia si la población no hace lo que le toca. El enfrentamiento a la pandemia exige de engranar bien la maquinaria para que no falle ningún eslabón, exige subsanar actuales fisuras, de medidas severas para quienes incumplen con lo establecido, y por supuesto, de la disciplina y el sentido común de todos.
La Covid-19 ha demostrado ser un virus realmente oportunista que aprovecha el mínimo descuido para poner en peligro la salud y la vida de todos.
Tengo entendido que a partir del día de hoy; 1ro de febrero, las medidas para minimizar los contagios de la covid serán más fuertes. Vayan a la zona del rpto Escambray calle 13 para que vean que cantidad de niños y jóvenes hay jugando con el nasobuco en la parte de la barbilla. No hay conciencia por parte de los padres. Buen aporte al presupuesto del estado si lo comprueban.