martes, 14 mayo 2024

XX Cumbre del ALBA-TCP, desde Cuba y por los pueblos

Este 14 de diciembre La Habana es el escenario de la XX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)

Este 14 de diciembre La Habana es el escenario de la XX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

En el Palacio de la Revolución, el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recibió a los mandatarios que participan en la cita.

El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez dio una calida bienvenida a los participantes en la XX Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos y saludó los 17 años del inicio de este mecanismo de concertación política.

Destacó que retomar los encuentros presenciales en La Habana es doblemente inspirador. No solo porque nuestra cercanía es señal de que vamos superando una crisis sanitaria sin precedentes, sino por la feliz circunstancia de que lo hacemos para celebrar la XX Cumbre del ALBA-TCP.

También conmemoramos el 17 aniversario de su fundación por los líderes históricos Fidel y Chávez. Hoy damos una cálida y afectuosa bienvenida a Santa Lucía, nuevamente sentada en torno a esta mesa de hermanos de la que nos enorgullece ser anfitriones.

Díaz- Canel aseguró que nos congratulamos de modo especial con la victoria lograda por el Partido Socialista Unido de Venezuela y el Gran Polo Patriótico, en las recientes elecciones regionales… «La Revolución bolivariana no solo ha resistido todos los embates. Ha vencido».

Extendió una especial felicitación al Presidente Daniel Ortega, por la victoria alcanzada en las más recientes elecciones. Una vez más y a pesar de las fuertes campañas de descrédito, el pueblo nicaragüense cerró filas al lado del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.

El intento de desestabilización en el Estado Plurinacional de Bolivia, recibió la firme respuesta del pueblo boliviano en cerrada unidad junto al hermano presidente Luis Arce, a quien reiteramos nuestro más firme acompañamiento y compromiso, dijo el Presidente cubano.

Añadió que estamos con los hermanos del Caribe, apoyando su derecho a recibir un trato justo, especial y diferenciado; tan necesario para enfrentar los retos derivados del cambio climático, los desastres naturales, el injusto sistema financiero internacional y la pandemia de COVID-19.

El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba añadió que con la pandemia crecieron los índices de pobreza, desempleo y desigualdad en América Latina y el Caribe. «El injusto orden económico internacional y el papel secundario reservado dentro del mismo para la región, han agravado ese panorama para nuestros pueblos».

Enfatizó en que, de modo criminal, se aplican medidas proteccionistas que obstaculizan e incluso impiden a los más necesitados, el acceso urgente a insumos médicos, respiradores artificiales, vacunas, medicinas, personal de salud y pruebas de diagnóstico.

«Bajo esas condiciones resultan lógicamente insuficientes los planes globales para enfrentar la COVID-19 y la crisis económica y social que provoca. Consciente de la dramática situación el imperialismo no sólo no detuvo, sino que reforzó sus planes de dominación».

Varios de los miembros de este mecanismo de integración que tanto nos enorgullece, destacó, son víctimas de la aplicación de medidas económicas coercitivas unilaterales, que se recrudecieron en los peores momentos de la pandemia, apelando a maniobras políticas y operaciones mediáticas.

«Como enemigo más antiguo del imperio en la región, Cuba sigue siendo el principal objetivo de la obsesiva política de persecución del gobierno de Estados Unidos que, de forma oportunista y vil, utilizó la pandemia como aliada en los intentos jamás abandonados por derrocar a la Revolución.

«Hoy quiero agradecer las reiteradas muestras de solidaridad y la oportuna ayuda recibidas, especialmente de muchos de ustedes, durante los momentos más duros de la pandemia en nuestro país, justo cuando más se recrudeció la hostil política estadounidense contra Cuba», añadió el Presidente.

Insistió en que resulta un acto profundamente hipócrita la convocatoria de la actual administración estadounidense, a una mal llamada Cumbre de la Democracia, de la que han sido excluidos varios de los Estados representados aquí.

«Increíble democracia que excluye y niega otros modelos de desarrollo socioeconómico. Para no faltar a la verdad, debería llamarse Cumbre de la No democracia.

«Nuestras democracias no basan sus fuerzas en el poder del dinero o las armas. Quienes hemos nucleado nuestras energías y potencialidades en torno al ALBA-TCP no cabemos en los moldes diseñados por el imperio para sus súbditos o sus cómplices», agregó.

En medio del peor vendaval que haya enfrentado el mundo, el ALBA no perdió el rumbo. Ajustó la práctica de la solidaridad, principio fundacional de la Alianza, a las condiciones y posibilidades de cada parte y la cooperación mutua no se hizo esperar, resaltó Díaz-Canel.

El volcán que, coincidiendo con el peor momento epidemiológico, afectó a San Vicente y las Granadinas, nos dio también la oportunidad de mostrar el poder de esa solidaridad dentro del mecanismo de integración, dijo.

«Venezuela lo ha probado. Bajo el rigor de la guerra económica que enfrenta, estuvo lista para compartir todo lo que podía y así lo hizo con otros Estados miembros de la Alianza, particularmente con Cuba».

Destacó que Nicaragua, Bolivia, San Vicente y las Granadinas, Granada, San Cristóbal y Nieves, en circunstancias difíciles, enviaron donativos al pueblo cubano que les agradecemos profundamente.

«Las vacunas que nuestros abnegados científicos crearon, se comparten con otras naciones de la Alianza, al tiempo que destacados profesionales y técnicos cubanos de la salud cooperan en la asistencia sanitaria».

Expresó que queda mucho por hacer y somos conscientes de ello, de ahí el llamado a seguir fortaleciendo la Alianza. Ratificó el compromiso de Cuba con la unidad y la promoción de la cooperación y la integración regional.

Frente a los desafíos que enfrentamos, aseguró que la Mayor de as Antillas no cesará en su afán de construir una sociedad socialista cada vez más justa y humana, más solidaria y más internacionalista. Y hacia ese horizonte sólo podemos marchar «en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes».

«Fidel y Chávez avanzaron más que nadie en ese camino de integración. Sus humildes seguidores, sus leales discípulos, tenemos el deber y el honor de impulsar y fortalecer esa obra magnífica», enfatizó.

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Nicolás Maduro: El ALBA es la casa de la unidad

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moro, inició su intervención enviando un saludo al General de Ejército, Raúl Castro Ruz y agradeció todas las atenciones que su delegación ha recibido como parte de esta Cumbre.

Manifestó que esta Cumbre XX conmemora los 17 años de la fundación de la Alianza, que en el 2004 fue una alternativa al neoliberalismo rapaz, «no hay que olvidar las luchas que se liberaron en las calles contra las intenciones de borrar los derechos sociales con el pretendido ALCA», explicó.

Recordó el primer encuentro de Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez, quien aterrizó en La Habana para darle el abrazo a Fidel y con ese abrazo la nueva ola progresista que América Latina viviría años después. Nació la articulación, la esperanza, la cooperación y recordó que Daniel Ortega fue testigo de ese histórico abrazo.

Dijo que el ALBA es nuestro espacio, nuestra casa, aquí somos hermanos, aquí no hay poderosos que dominan, que chantajean, que amenazan y débiles amenazados: en el ALBA todos somos iguales.

Recordó que fueron Fidel y Chávez quienes impulsaron grandes proyectos sociales dentro del continente para alfabetizar y devolver luz a los ojos de muchos, fueron precursores además del PetroCaribe que en «algún momento volverá».

Manifestó que el ALBA ha sido un espacio para soñar un mundo más justo, sin amenazas de guerra. Ha sido una casa para soñar grandes proyectos, para levantar la voz colectiva de nuestros países y que se haga sentir como se ha hecho en la ONU, en los espacios donde se debate el futuro de la raza humana. «Nos hemos hecho respetar y sentir en el mundo con fortaleza y poderío de ideas», planteó.

Hizo referencia a la cooperación entre los países miembros de la Alianza antes y durante la pandemia, y también en el apoyo a otras naciones que sufrieron fenómenos naturales.

Apuntó que el ALBA es, quizás, el único mecanismo que tiene la virtud desde el multilateralismo de juntar a los ministros y jefes de Estado para tener una mirada común en aras del bienestar colectivo.

Respecto al Plan de Trabajo que analizan los participantes en esta Cumbre dijo que resulta interesante que colocaran las acciones conjuntas junto a la toma de decisiones diarias. Apuntó que el tema de la Salud es un tema central y subrayó la capacidad científica de Cuba por la creación de cinco vacunas contra la COVID-19.
Reiteró que el sector de la Salud tiene que ser vital en el mundo pospandemia, sumado a la cooperación y el trabajo conjunto entre los países miembros de la Alianza. Hizo un recorrido histórico por algunos momentos de tensión que han vivido países de la región por el obstinado acoso estadounidense.

Se refirió, además, a las medidas coercitivas unilaterales y las campañas desestabilizadoras y de descrédito por parte de EE. UU. contra algunos países miembros de la Alianza como Nicaragua, Venezuela, Bolivia y Cuba. Resaltó que Bolivia y su presidente Luis Arce, nunca estará solo y que pondrá contar con el apoyo de la Alianza.

Igualmente, subrayó que, a pesar de la campaña mediática contra Cuba, la Mayor de las Antillas le ha dado al mundo una enseñanza de dignidad. «Cuba vive y renace», manifestó.

Destacó la gran victoria de Daniel Ortega en las recientes elecciones presidenciales. «No nos dejemos meter intriga imperial contra Nicaragua. Nicaragua merece apoyo, amor».

Destacó que entre todos los que integran el bloque quien más conoce de economía es Luis Arce, de ahí que solicitará al ALBA un esfuerzo mayor para un Plan Integral de Desarrollo Comercial y Financiero, con una experiencia ganada con el Banco del ALBA, el Consejo monetario del ALBA, y la moneda el Sucre que puede actualizarse.

Con todo eso se puedo avanzar aún más en los acuerdos que tiene la Alianza para producir juntos alimentos, petróleo y litio. «Esto es una utopía concreta», dijo, y añadió que el éxito de nuestros proyectos y sueños está en afilar el camino económico todos unidos, pues en América Latina actualmente cada cual va por su lado. Es necesario concentrar esfuerzos para mejorar la economía del ALBA que es la casa de la unidad, concluyó.

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La resistencia de los pueblos, un principio de la unidad latinoamericana
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en su intervención elogió la unidad y la resistencia del ALBA-TCP, forjada en la dignidad y el amor a la tierra que habitan.

Aseguró que este mecanismo político de concertación ha sabido crear y aportar desde la resistencia a las más terribles agresiones que el imperialismo pone en práctica.

Nos reunimos en estos días de pandemia, cuando azota el mundo la otra pandemia del capitalismo salvaje y del imperialismo que destruye naciones y provoca el caos, desintegrando a los estados. Precisó cómo en nombre de la democracia destruyen procesos progresistas.

También hizo referencia al problema migratorio, de una mano de obra que realiza labores que los ciudadanos estadounidenses no quieren realizar.

«Si en algo se caracteriza el imperialismo es en ser más mentiroso porque predican la paz y practican la guerra, el terrorismo. Son los mayores terroristas del planeta. Terrorismo es lo que han alimentado en contra de nuestros pueblos», aseguró el líder sandinista.

Añadió cómo el imperialismo miente en las campañas mediáticas y ejemplificó con el pueblo venezolano, capaz de resistir una hostilidad imperial sin precedentes.

Señaló la forma en que han agredido a Bolivia, cuando ha reivindicado los derechos de un pueblo que tiene una larga historia de lucha y que al final rompió las cadenas. Cuando rompen las cadenas vienen los imperialistas a poner nuevamente las cadenas.

De Nicaragua, relató la historia de la colonización desde cuando se quisieron apoderar de la ruta natural de un canal interoceánico. Explicó los conflictos entre británicos y españoles para apoderarse de esos territorios, para luego venir EE. UU. y tratar de colonizar bajo la consigna de América para los Americanos, que quiere decir el continente para el gobierno yanqui.

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Una Cumbre verdaderamente democrática, por los pueblos

La Cumbre del ALBA que se realiza hoy en La Habana es la expresión de una visión verdaderamente democrática, de países que no se excluyen por el hecho de no comulgar con uno u otro modelo político.

Es inclusiva y tiene, en el centro de sus deliberaciones, la búsqueda de acciones solidarias, como la de enfrentar de conjunto la pandemia de la COVID-19, o contribuir con las naciones más desfavorecidas en el enfrentamiento a la pobreza y a la de­sigualdad.

Nada más democrático que el anhelo de hacer de nuestra región una zona de paz y poner todos los empeños a favor de la verdadera democracia, no la que pretendió enarbolar como bandera el mandatario estadounidense en su reciente convocatoria, una auténtica componenda mediática empeñada en desviar la atención de los verdaderos y más cruciales problemas del mundo.

La Cumbre del ALBA nos recuerda a Fidel, transcurridos 22 días del triunfo de la Revolución Cubana. En un discurso en Caracas, el 23 de enero de 1959, llamaba a los pueblos latinoamericanos a marchar unidos en la conquista de un presente y un futuro como soñaron Bolívar y Martí.  Pareciera que ya pensaba en lo que, junto a Hugo Chávez, el 14 de diciembre de 2004 fundara como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Entonces, en Caracas, dijo: «¿Hasta cuándo vamos a permanecer en el letargo? ¿Hasta cuándo vamos a ser piezas indefensas de un continente a quien su libertador lo concibió como algo más digno, más grande? ¿Hasta cuándo los latinoamericanos vamos a estar viviendo en esta atmósfera mezquina y ridícula? ¿Hasta cuándo vamos a permanecer divididos? ¿Hasta cuándo vamos a ser víctimas de intereses poderosos que se ensañan con cada uno de nuestros pueblos? ¿Cuándo vamos a lanzar la gran consigna de unión? Se lanza la consigna de unidad dentro de las naciones, ¿por qué no se lanza también la consigna de unidad de las naciones?».

Y nació el ALBA, esperanzadora organización que ha sido expresión de unidad y solidaridad, bajo cuyas banderas la Operación Milagro ha devuelto la vista a millones de personas de las más humildes de la región; el método cubano Yo sí puedo ha eliminado el analfabetismo en países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, y se han formado decenas de miles de médicos. Esa vocación de humanidad preside al alba y a su democracia.


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