Una sentencia de muerte que ud puede evadir

Cuando hace unos años el doctor y especialista en medicina interna Tomás Tapanes del municipio de Cifuentes, me diagnosticó la Diabetes Mellitus pensé en la tan tarareada sentencia de muerte que condena a quienes la padecen, pero luego comprendí que una alimentación sana y con cuidados no llevan a tales extremos.

Hoy mantengo índices bajos de glucemia sin embargo, consumo dulces e incluso comidas contraindicadas. Todas con mucha moderación y control. Similar sucede en casa con mi esposo, que debutó años después.

En mi familia tres hermanos heredamos tal padecimiento y todos no manifestamos los mismos índices de glucemia ni tampoco las mismas manifestaciones de la enfermedad, aun cuando en todos los casos es Diabetes Tipo I. De ahí que el tratamiento y control de cada uno es individualizado.

En tiempos de pandemia el control y cuidado se acrecentó y de hecho, el temor a las consecuencias y desencadenamiento de padecer la diabetes, y adquirir la COVID nos preocupó en demasía y llevó a que los cuidados crecieran.

La Diabetes Mellitus como enfermedad es un conjunto de trastornos metabólicos, cuya característica común principal es la presencia de concentraciones elevadas de glucosa en la sangre de manera persistente o crónica, y  puede acompañarse de otras anormalidades en el metabolismo; de ahí la importancia de conocerla y ser estricto en su tratamiento. Existen dos tipos, clasificados como tipo I y tipo II.

Aun cuando mi interés no es hablar de cifras porque cada año se incorporan más enfermos, si vale destacar que en Villa Clara existe un control estricto de los enfermos por áreas de salud y para descubrir otros que quizás lo padezcan y no lo sepan aún.

También existe en la provincia la Casa de atención al diabético, donde cada año acuden cientos de enfermos que debutan con la enfermedad o están descompensados quienes son estudiados por especialistas, y mediante conversatorios aprenden a convivir con la enfermedad.

La master en Atención Primaria de Salud y con diplomado en la especialidad, la doctora en Medicina General Integral Elba Rodríguez Vascáncel, jefa del departamento de asistencia médica en la Casa del diabético me asegura que la experiencia de este centro con más de una década de creado y con más de 7, 650 pacientes asistidos, habla por sí solo de la recuperación y el control emocional de los que allí asisten y aprender a hacer que su vida sea más llevadera.

En el consultorio 20- 22 del policlínico Marta Abreu en el Reparto Riviera de Santa Clara, existen hoy 86 diabéticos, ninguno infantil. Haydee López García, especialista en Medicina General Integral de esta área de salud, asegura que la enfermedad lleva una valoración adecuada y un seguimiento sistemático.

Según la especialista el diabético debe cambiar de inmediato hábitos y costumbres y concientizar que solo así puede llevar una vida plena sin otras complicaciones de salud.