jueves, 28 marzo 2024

Código de las familias: Una norma medular para la sociedad cubana presente y futura

El Código de las Familias, en su propóstito de proteger las diversas realidades familiares existentes en la Cuba de hoy, es un documento medular para la sociedad cubana del presente y el futuro.

El análisis de la versión No. 22 de anteproyecto de esta norma en consultas especializadas y a través de la recepción de las opiniones de la población, son elementos importantes para su posterior discusión como proyecto en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Se prevé que 47 instituciones participen en el proceso de consulta especializada, el cual debe culminar el próximo 15 de octubre. Hasta la fecha, de acuerdo con el Ministerio de Justicia, han participado en dichas consultas la Organización Nacional de Bufetes Colectivos, el Ministerio de Justicia, la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la Asociación Nacional de Economistas y Contadores, la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción, la Unión de Informáticos, el Ministerio de Educación, la Asociación cubana de Limitados Físico Motores, la Asociación Nacional de Sordos, la Asociación Nacional de Ciegos, el Centro de Estudios Demográficos de la UH, el Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI, los CDR, la FEEM, el Centro Nacional de Educación Sexual, redes LGBTIQ+, la Sociedad cubana para el Estudio de la Sexualidad y la Facultad de Sociología de la UH.

Se sumarán otras instituciones asociadas al derecho, a los jóvenes, a los comunicadores, periodistas, sicólogos, la Central de Trabajadores de Cuba, la plataforma intereligiosa, la Fiscalía General de la República, los tribunales, pedagogos, entre otras áreas.

Se han recibido además en el sitio institucional del Ministerio de Justicia, 6 198 visitas a la propuesta del Código, 567 correos y de ellos 323 con opiniones favorables, 94 en contra, 38 con criterios, 20 que solicitan modificaciones, 58 que hacen consultas; y que son parte de las percepciones que enriquecerán el texto y de un proceso democrático de construcción de un Código que atañe a toda la ciudadanía.

Reconocidos especialistas de la psicología, la sociología y la demografía se acercan en la Mesa Redonda de este martes a interesantes aristas de la propuesta de Código de las Familias, que pueden ayudar a comprender la trascendencia y dimensión de este texto.

Cuba tiene una estructura, composición y dinámica demográfica diferente a la de 1975

juan carlos onei

Al intervenir en el espacio televisivo, el Máster en Ciencias Juan Carlos Alfonso Fraga, Vicejefe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), recordó que el Código vigente es de 1975: “tiene 46 años y solo 1.8 millones aproximadamente más de cubanos que en 1975”.

Pero—sostuvo— lo importante no es el incremento de este número, sino que demográficamente Cuba tiene otra estructura, otra composición y otra dinámica. “Ello es fundamental, porque se interrelaciona directamente con la formación de los hogares y de las familias que viven en estos”, dijo Alfonso Fraga.

“Cuba es un país con una estructura demográfica diferente a la de 1975.  Por ejemplo, se duplica la población de 60 años y más que había cuatro décadas atrás. Somos un país envejecido”, explicó el especialista.

Asimismo, la estructura por sexo y edad de la población cubana determina el ciclo de vida y su interrelación en las familias. “En estos momentos estamos en un ciclo de vida familiar tardío, lo cual está asociado a la acentuada disminución de la fecundidad en el país, desde hace 43 años”, remarcó.

No es un fenómeno actual, insistió el experto, sino que data de otro momento cuando las condiciones económicas, sociológicas, sicológicas, y las familias funcionaban de manera distinta a cómo funcionan hoy.

Alfonso Fraga explicó que en el año 1975, la fecundidad en Cuba—que es la variable que más actúa en el crecimiento de la población y por lo tanto en la formación de hogares y de familias— era de más de dos hijos por cada pareja, y por tanto crecíamos poblacionalmente.

Para 1978 esta variable era menor a dos, y el efecto a través de los años y la inercia de este proceso es lo que tenemos hoy: una población que decrece, en el último año de manera natural (fallecen más personas de las que nacen, aunque ello no está asociado solamente a la COVID-19, pues en nuestro país mueren cada año más de 100 000 personas), refirió.

Cuba muestra una tendencia a las familias pequeñas, de alrededor de tres personas como promedio, con composiciones diferentes y con un incremento de las personas envejecidas.FOTO/Juan Pablo CARRERAS/ACN.

“Tenemos una dinámica demográfica muy particular en el contexto del mundo desarrollado. Nuestros indicadores demográficos determinan un tipo de familia pequeña, con funcionalidades y estructuras diferentes. Para tener una idea, las últimas investigaciones dan cuenta que en el país hay alrededor de 3.8 millones de hogares o núcleos, con 3.2 millones de familias nucleares biológicas: mamá, papá, niño; cónyuges; familias monoparentales con uno de los cónyuges (fundamentalmente mujeres) y su descendencia… y lo que ha disminuido es la familia con hijos. Casi el 64% de los hogares en Cuba no tenían presencia en el Censo de Población y Viviendas del 2012, de niños de 0-14 años, cifra que se ha ido incrementando”, comentó el entrevistado.

Lo anterior, señaló, establece una dinámica demográfica y familiar muy sui géneris. Tenemos familias pequeñas, de alrededor de tres personas como promedio, con composiciones diferentes y con un incremento de las personas envejecidas.

“Conjuntamente con esa tendencia de familias pequeñas, se está incrementando también en el país el número de hogares unipersonales, que no son familias pues están compuestos por una sola persona. Estos representan alrededor del 18% de los hogares en Cuba”, destacó Alfonso Fraga.

Estas personas pueden o no pertenecer a una red familiar, nacional o trasnacional, agregó.

Patricia Arés: Las familias se parecen a su tiempo

patricia ares

Foto: Cubadebate.

“No hay dudas de que la familia cubana ha venido produciendo una serie de cambios: es diversa en sus estructuras, en su forma de organización, y lo más importante, ya no podemos hablar de un único modelo de familia”, señaló la  Doctora en Ciencias Patricia Arés Muzio, psicóloga y profesora titular y consultante de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.

Es imposible pensar, tanto en Cuba como en el mundo, en que hay una única forma de organización de la familia; pues una serie de eventos han transitado a lo largo de la historia. “Las familias se parecen a su tiempo, a su contexto social e histórico y estamos hablando de una familia atravesada por la migración, el aumento del divorcio, por la disminución de la fecundidad, el envejecimiento demográfico entre otros elementos”, señaló la prestigiosa sicóloga.

Todo ello, dijo, ha hecho unas formas de organización familiar donde “ese modelo tradicional de mamá, papá y nené para nada es una visión idealizada retrospectiva de familia, pero que no tiene siempre relación con las realidades que las familias están viviendo en la actualidad”.

Vea además:

Un Código para todas las familias cubanas


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