Cigarro, detrás de cámara

Este 2023, bajo el lema cultivemos alimentos, no tabacos, se realiza un llamado a los gobiernos sobre la necesidad de replantearse los recursos que se destinan a esta industria. Hábito que atrae cada vez más a consumidores jóvenes.

Tal pareciera que hombres y mujeres rudos, esos que nos muestran en películas y series, tienen siempre como característica y hábito aquello de llevarse un cigarrillo a la boca. Muchos de los protagonistas que nos presentan los audiovisuales son adictos al tabaco y parece tan usual, fluido y de personalidad fuerte, que la experiencia atrae y es, sin duda, el escenario propicio de reproducir patrones para muchos jóvenes.

Medio de excelencia para la publicidad, con altos niveles de consumo del tabaco, estudios científicos revelan que el cine y la televisión aluden a una realidad inundada de humo, sin un ápice de remordimiento o sugerencia a las consecuencias nefastas que deja el hábito de fumar. Y aunque parece que actualmente se toman más en serio estas cuestiones en la producción cinematográfica, aún queda mucho por transitar.

La curiosidad y la imitación se consideran, por los especialistas, como algunas de las principales causas por las que adolescentes y jóvenes comienzan a probar el cigarro. Un mecanismo para llamar la atención, manifestar irreverencia, ganar protagonismo y demostrar una supuesta madurez en su contexto inmediato. Algo que empieza de manera simple, como juego o probar a escondidas, y que llega a convertirse en hábito. Y es que la nicotina es droga y deja secuelas graves a quienes sucumben en el tiempo a ella.

Como tendencia mundial la edad de iniciación del consumo del tabaco resulta cada vez menor. Cuba no es la excepción y así lo arrojó la Encuesta Nacional de Salud llevada a cabo entre los años 2018 y 2020. Cerca del 78% de los fumadores cubanos comenzaron a hacerlo antes de los 20 años, pero uno de cada 10 lo hizo sin cumplir los 12 años de edad. Cifras que hacen sonar las alarmas sobre hábitos de consumo, futuros fumadores y consecuencias en la salud a diferentes plazos.

La dependencia se hace mayor con los años, y aunque las principales afectaciones son conocidas, parece que quedan propensas al otro y nunca a la individualidad propia. Pero las cifras no mienten, el tabaquismo está asociado a grados elevados de mortalidad a pesar de ser una de las enfermedades no transmisibles que puede prevenirse con mayor facilidad.

Un artículo del año 2021 del sitio web Cubadebate, develaba que más de 13 mil muertes al año ocurren en Cuba como consecuencia del tabaquismo.
El entorno escolar y familiar continúa siendo decisivo en los adolescentes para fomentar buenos hábitos y hacer llamadas de alertas.

Dejar el consumo del tabaco resulta una decisión propia que muchas veces requiere de ayuda; puede que verlo en cine nos parezca atractivo, pero no nos dejemos engañar, el cigarro mata.