Seis décadas al servicio de la vida

Este 25 de mayo el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Villa Clara, arriba a seis décadas de inaugurado. Desde entonces el centro se distingue por la atención y cuidado de los bajos pesos al nacer, reportando bajos índices de mortalidad infantil, resultados solo posibles gracias a la competencia de su personal y de manera especial al servicio de Cuidados neonatales.

El 8 de octubre de 2011 llegó al mundo la pequeña María Milagros Urbay, siendo la bebé de más bajo peso al nacer en la historia de la neonatología villaclareña, con solo 28 semanas de gestación y un peso de 650 gramos; es decir, una libra y seis onza.

Para el servicio de Cuidados neonatales del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales este fue un reto muy grande. Fue casi un milagro que aquella miniatura se salvara. Sin embargo, luego de varios meses de cuidados extremos, de uso de potentes antibióticos de hemoderivados, de ventilación mecánica, entre otros procederes propios de la atención al neonato grave, la pequeña Milagros, de Caibarién, se recuperó satisfactoriamente y hoy es una niña de 8 años muy simpática e intranquila.

Pero Milagro ha sido un caso entre otros tantos. El 6 de enero del 2018 los reyes magos sorprendieron a la familia Tam Muñoz que esperaba un parto múltiple de dos bebés con la llegada al mundo con solo 26 semanas de gestación de tres varones, cada uno con un peso aproximado de dos libras. Diago, Darol y Dilan permanecieron más de 100 días hospitalizados y ya hoy tienen un año y cuatro meses.

Y es que la prematuridad y el bajo peso al nacer, no constituye un problema para los especialistas y enfermeras del servicio de neonatología de la maternidad villaclareña.

“Este es el resultado del trabajo en equipo que inicia desde la atención primaria de salud, luego del personal que asiste al parto y posteriormente el de la sala de Cuidados neonatales, donde todos los trabajadores están altamente capacitados para atender al neonato grave”, explicó la doctora Ana Mirian Cremades, especialista en II grado en Neonatología.

“Nosotras las enfermeras nos convertimos en las madres sustitutas, pues le dedicamos todo el tiempo al recién nacido, lo observamos constantemente, velamos cada reacción, le suministramos todos sus medicamentos de manera estricta, los cargamos, los acariciamos y les damos el calor que en ocasiones las madres no pueden darles. Yo siento mucha satisfacción por esta labor que realizo día a día”, expresó la licenciada en enfermería Beisy Báez Reyes, mientras alimenta a un pequeñito .

Por ello Anet Pérez Pérez nunca perdió las esperanzas de algún día poder cargar a sus bebés, Daniel y Dariel, quines nacieron el 11 de febrero del presente año con 30 semanas de gestación y un peso aproximado de dos libras.

“Para mi hoy es un sueño poder cargarlos. Estuvieron muy malitos. Dariel se mantuvo tres meses acoplado, con ventilación mecánica, yo pensaba que no se salvaba, pero estos médicos y enfermeras hacen milagros de verdad. Yo no tengo palabras para agradecer tanta dedicación y cuidados”, comentó la madre de los gemelos.

Luego de tres meses de duro batallar en la sala de Cuidados neonatales del ginecobstétrico Mariana Grajales, Anet se comparte entre uno y otro cubículo, alimentado a sus pequeños; Daniel en estos momentos con 1430 gramos y Dariel con 2282 gramos, ambos recuperando el peso hasta llegar a los 2500 gramos.

La prematuridad y el bajo peso al nacer constituyen las primeras causas de la morbimortalidad infantil y están asociadas a la hipertensión arterial, a la anemia y a las infecciones vaginales. Sin embargo, esto no es un problema para los profesionales del materno villaclareño, centro que cerró el primer trimestre del 2019 con 70 nacimientos por debajo de los 2500 gramos y una  mortalidad infantil de 2.6 por cada mil nacido vivo. 

Estas son tan solo algunas historias tras los muros de una institución hospitalaria, primera inaugurada por la Revolución en las Villas  y que este 25 de mayo arriba  a sus 60 años regalando vidas.