Día de amor
Hoy es un día especial. Suerte la mía de acompañar esta celebración. Ellos son Yainelis, Noel, Isbany, y Adrián, los protagonistas de mi historia.
Cada rostro refleja un camino único, una vida llena de triunfos y desafíos. Pero hoy, esos desafíos se dejan a un lado, y lo que brilla es la pura felicidad de ser uno mismo. Los padres y maestros observan con orgullo, y el resto de los niños no pueden evitar sonreír ante la escena.
Adrián e Isbany tienen 22 años, son egresados de esta escuela pero con frecuencia regresan a ella porque es su segunda casa. Yainelis y Noel de 10 y 13 años, respectivamente, aún cursan sus estudios aquí.
Hoy se juntaron de nuevo para unidos celebrar su día con el resto de la escuela y sus familias, porque no hay “ellos” y “nosotros”, solo hay “nosotros”, una comunidad que celebra la diversidad y la fortaleza del espíritu humano.
Noel y Adrián son más timidos. Yainelis e Isbany, sin embargo, son dos artistas aficionados muy consagrados con el arte. La danza forma parte de ella y se divierte muchísimo bailando al ritmo que sea. A él le gusta doblar e imitar en escena a sus cantantes favoritos. Al final los cuatro acaban divirtiéndose, porque este día se trata de eso, de recordar que cada persona aporta algo especial al tapiz de la vida, y que la alegría no conoce límites cuando se comparte con amor y aceptación.
Acaban los números culturales y se hacen fotos e intercambiamos. La sencillez de un abrazo, la ternura de una sonrisa compartida, hablan más que mil palabras.
Estos pequeños maestros nos brindan una lección de vida muy importante: que la verdadera alegría surge de la aceptación, que el amor es el lenguaje universal, y que cada día es una oportunidad para celebrar la maravillosa diversidad de nuestro mundo.
Deja una respuesta