Otro 20 de Octubre en que la Patria continúa orgullosa
En la mitología griega, Martes representa al Dios de la Guerra; de ahí que entre los españoles supersticiosos, el martes es un día fatal. Y era martes aquel 20 de octubre de 1868, cuando Carlos Manuel de Céspedes y su tropa entraban victoriosamente en Bayamo,obligando a los españoles a abandonar la ciudad. Comenzaba a vivir la nación cubana.
En la tropa de Céspedes, a caballo, cubierto por el polvo y negro por el humo de la pólvora, estaba Perucho Figueredo, a quien la gente comenzó a pedirle pusiera letra a la marcha que él había compuesto y que todos tarareaban.
Nación y cultura se unieron ese día en un mismo abrazo, para convertirse en un concepto inseparable a lo largo de la historia de Cuba, un concepto que habla de rebeldía, de música y poesía, nacido en el combate por la libertad. Ciento cincuenta y dos años se cumplen de aquel glorioso momento en el que el sentir de la Patria se volvió canción.
Sería el campamento mambí, mezcla de hombres y mujeres, de blancos, negros y chinos, de cubanos e internacionalistas de América Latina, de Europa y de Norteamérica, el lugar donde se cocinara el famoso “ajiaco cubano”.
Generación tras generación, los cubanos crecieron y se formaron en esa escuela de patriotismo e ideas revolucionarias, hasta convertirse en lo que son hoy, un pueblo de gente humilde que trabaja y se divierte a la par, que saca un chiste de los peores problemas, que con café y buena música hace una fiesta; un pueblo que se enorgullece de lo que ha logrado; un pueblo dispuesto a luchar por que la patria continúe orgullosa.
Deja una respuesta