Fidel sobrepasó a su tiempo

Fidel dedicó su vida a tratar de mejorar la sociedad cubana. Implementó políticas que transformaron la educación y la salud y las convirtieron en derecho de todo el pueblo. Enfrentó las injusticias y se aseguró de poner al pueblo por delante de todo.

Era un convencido de que siempre se puede hacer mejor y de que para eso se necesita de todos. Por eso se dedicó a conversar con el pueblo, era de las raras personas que saben diferenciar entre oír y escuchar. Se preocupaba por las necesidades individuales de cada persona: para él no eran un número, una estadística, para él cada persona era una historia.

Los que lo conocieron en persona dicen que era un conversador magistral, que era uno de sus grandes placeres. Sabía de todo un poco y de todo preguntaba. Su carácter carismático transmitía lo mejor de la idiosincrasia cubana. Tenía una capacidad poco natural de inspirar a las personas.

Era un visionario. Era capaz de analizar fenómenos de todo tipo y preveer sus consecuencias. Incluso sobre medio ambiente se pronuncio: fue de los que dio la alerta temprana sobre el peligro que corría la especie humana.

De él tal vez lo que más recordamos sea su voluntad de plantarle cara a los problemas, de afrontarlos de frente, sin temblores, de admitir cuando no tenía las respuestas. Fidel sobrepasó su tiempo, y como lo recordamos hoy, lo recordaremos dentro de 10, 20 y 30 años.