Música y fotografía: un binomio creativo
Hay personas que llevan el arte en el alma, en el espíritu o quizás como un componente sanguíneo, que no necesitan estrictamente de la academia, porque tienen incorporado en sus genes el bendito arte de crear.
Eso le ha sucedido a lo largo de los siglos a poetas, escritores, músicos, pintores, a todos aquellos tal vez un poco genios o iluminados con el don de convertir en una obra artística pensamientos, sentimientos, nostalgias, ideas…
Otros, tal vez solo unos cuantos «elegidos», han podido combinar varias facetas creativas y, a su vez, entregar en cada una, un genuino pedazo de sí.
Así lo vive a diario Danilo Suárez Ricardo, un abogado que encontró con los años su verdadera pasión desde la imagen y la melodía.¿Un fotógrafo que es músico? ¿O un músico que hace fotografías?
Probablemente no pueda delimitar cuánto de uno y de otro forman al hombre, pero lo cierto es que a través de ambas encuentra cada día el impulso necesario para entregar siempre algo bonito, incluso en contextos grises o ajetreados de la vida cotidiana.
«A pesar de haber tomado otro rumbo profesional en mi juventud, siempre me llamó la atención el audiovisual, digamos que siempre he pensado y he visto las cosas en forma de imágenes, y luego de haber pasado un curso de Guión en la UNEAC y llegar al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) a través de la edición, la Academia Cabrales del Valle me abrió definitivamente las puertas al mundo de la fotografía», explica Suárez Ricardo, quien ha tenido la oportunidad de participar en varias exposiciones colectivas, sobre todo con obras relacionadas al Apóstol José Martí.
Al cabo de los años el Derecho quedó atrás, aún cuando el conocimiento adquirido siempre esté presente, y la fotografía se convirtió en su profesión oficial, aunque aquellos primeros textos convertidos en melodías en la cabeza del joven que tarareaba lo escrito, han visto ahora poco a poco la luz, finalmente, en forma de melodías.
«Mis comienzos en la composición de textos, si los podemos decir de alguna manera, son tan lejanos como en mi adolescencia y juventud, a finales de la década del 80 y principios de los años 90. Como joven al fin tuve inquietudes literarias que se fueron convirtiendo en algunos poemas y pequeñas notas que todavía conservo», cuenta el artista quien asegura que «escribía algo con algún sentido, pero siempre esos textos venían acompañados de una melodía en mi cerebro. Siempre iba por la calle incluso tarareando eso textos, canciones por así decirlo, que había escrito», aseguró.
Años después, sus fotos abarcan casi cualquier esfera de la vida, no solo por la oportunidad que ha tenido de trabajar en diferentes contextos y escenarios, sino también porque, más allá de todo, detrás de cada una de sus instantáneas encontramos el conocimiento de años de estudio, la habilidad de intensas jornadas de práctica «cámara a cuestas» y lo más importante, la sensibilidad de quien ama lo que hace y a ello entrega todo.
Ahora, la música ya tampoco es un sueño de adolescente inspirado, constituye un camino que empieza a labrarse a pasos firmes y seguros, de la mano del destacado Productor Germán Nogueira, y temas como Algo que debe llegar, A golpe, Desnúdate mujer y Soldado en el deber ya se escuchan en varias emisoras del país.
«La música y la fotografía van de la mano en mí, creando nuevos proyectos y sobre todo complementando ese ser humano que hoy soy», concluyó.
✍️Mariley García Quintana y Oscar Salabarría Martínez
📸Cortesía del entrevistado
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