domingo, 12 mayo 2024

Lula afirma que su victoria en urnas este domingo “es del pueblo y la democracia”

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró que su victoria en urnas es del pueblo y la democracia, y resulta hoy la de más consagración al derrotarse el autoritarismo y fascismo.

“Esa no es una victoria mía, no es solo una victoria del PT (Partido de los Trabajadores), fue una victoria de todas las mujeres y hombres que aman la democracia”, afirmó Lula en una abarrotada Avenida Paulista (Sao Paulo), donde se escucharon gritos de libertad, en medio de un arcoíris de banderas y consignas vociferadas hasta horas de la madrugada de este lunes.

Con voz muy ronca y casi apagada por los sucesivos discursos en los últimos días de campaña, el exsindicalista señaló que también se trata del éxito de aquellos que “resolvieron liberar a Brasil del autoritarismo”.

Reconoció que la tarea más esencial será “asegurar que cada niño, cada mujer, cada adolescente, cada hombre puedan todos los días tomar café, almorzar y cenar las calorías y las proteínas necesarias”.

Expresó esta “mitad preocupado” por no tener la confirmación de que el Gobierno actual facilitará el traspaso de poder. Generalmente, el presidente electo monta un gabinete de transición y cuenta con la colaboración del saliente para comenzar el nuevo mandato.

Lula manifestó asimismo que estaba “muy emocionado porque fue la guerra más difícil que enfrenté”, en alusión a los ataques contra su persona y fake news (noticias falsas) en la campaña electoral.

Remarcó que gobernará para todos. “Fui elegido para gobernar a 215 millones de brasileños (…) sin mirar si la persona es de derecha o de izquierda”.

Al lado del líder progresista, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, afirmó que “como dijo el presidente Lula, ahora es un solo Brasil”.

Con casi el ciento por ciento de las urnas escrutadas, Lula recibió este domingo el 50,90% de los votos válidos y el mandatario Jair Bolsonaro, quien ambicionaba reelegirse por el Partido Liberal, obtuvo 49,10%.

Ambos políticos disputaron el balotaje al no lograr en el primer turno de sufragio del 2 de octubre la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación nacional para ser electo.

Medios periodísticos aseguran que aliados de Bolsonaro manifestaron que no pueden hablar con el presidente desde la definición de su descalabro ante Lula, quien informó desconocer si lo llamará para saludarlo por su victoria.

Las fuentes precisan que personas cercanas al excapitán del Ejército dicen que trataron de hablar con él, pero se les comunicó que el gobernante de tendencia ultraderechista se fue a dormir después de conocer el resultado de las urnas.

Punto final a una época e inauguración de otra

El presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva cumple hoy lo que prometió y 12 años después retorna a la principal silla del Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en Brasil.

A los 77 años, pero con la energía de 30 como siempre certifica, Lula mantiene su condición de figura más importante de la izquierda brasileña, pese a que enfrentó una persecución jurídica y política sin precedentes, al ser condenado injustamente por supuestos actos de corrupción.

Por sexta ocasión, el extornero mecánico contendió en unas votaciones. Lo hizo en 1989, 1994 y 1998, y solo ganó en 2002, 2006 y ahora en 2022.

Cuando dejó la jefatura ejecutiva en 2010 quedó cincelado en la historia como el mejor presidente de Brasil y una acreditada marca de aprobación (87%).

Extirpó del Mapa del Hambre a la endemia inherente a la vida de su pueblo y, durante su gestión, unos 30 millones de compatriotas salieron de la pobreza, según datos oficiales.

Antes de poder regresar a la carrera por el poder, el maniobrado accionar de la desactivada operación judicial Lava Jato, encabezada por el otrora coordinador Deltan Dallagnol y el exjuez Sérgio Moro, resultó suficiente para apartar a Lula de las elecciones de 2018.

Lo anterior pavimentó el camino para el triunfo del mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.

Desde el final de su prisión política de 580 días (7 de abril de 2018 al 8 de noviembre de 2019), el exjefe de Estado estuvo más de 20 veces en juzgados y puso al desnudo la lawfare (guerra jurídica) de la que resultó albo.

El popular político sufrió una avalancha de imputaciones en los tribunales, pero mostró más tarde la verdad libre de culpas y su inigualable pureza moral.

Luego que el Supremo confirmara el 23 de junio de 2021 que Moro actuó en casos judiciales con iniquidad, la defensa de Lula indicó que el dictamen era una victoria del derecho y el restablecimiento del debido proceso legal y de la credibilidad del Poder Judicial en Brasil.

El pasado año, la Corte Suprema derogó sus condenas y Lula recobró su elegibilidad, así como registró 26 impresionantes victorias judiciales en ese tribunal.

Después que fue redimido, el exsindicalista mantuvo por un tiempo en suspenso su candidatura, pero al colocarse en el ruedo rumbo a Planalto, como aspirante presidencial del Partido de los Trabajadores, puso en modo alianza su campaña electiva.

Buscó entonces construir un frente amplio progresista con actores de la tendencia centro para, unidos, cumplir el objetivo común de derrotar a Bolsonaro y al poder conservador imperante desde hace cuatro calendarios.

No hay mayor fuerza que la esperanza de un pueblo que sabe que puede volver a ser feliz, aseguró en la paulista sala Expo Center Norte, donde presentó el movimiento Vamos Juntos por Brasil, que reúne a partidos políticos y a movimientos sindicales y sociales.

Cuando sonó el disparo de arrancada de la campaña electoral en agosto, una avalancha de ataques de bolsonaristas (adeptos del exuniformado), desinformación y fake news (noticias falsas) enfilaron hacia Lula, quien reconoció que “casi fui enterrado vivo”, al discursar en una abarrotada Avenida Paulista (Sao Paulo) tras el triunfo de este domingo en las urnas.

“Pensaban que me habían matado, pensaban que habían acabado con mi vida política, me destruyeron contando mentiras sobre mí y gracias a Dios estoy firme y fuerte, y amando otra vez”, dijo con voz casi apagada ante una multitud que coreaba Lula volvió.

En la primera vuelta de consulta del 2 de octubre, Lula ganó con 48,43% de los votos válidos, mientras que el exparacaidista, quien codiciaba reelegirse por el Partido Liberal, tuvo 43,20%.

De manera muy cerrada, el hijo de la clase obrera volvió a ganar este 30 de octubre la segunda ronda con un 50,90% frente al 49,10% del exoficial Bolsonaro, quien durante cuatro años encabezó un gobierno corroído por crisis de todo tipo, corrupción, agresiones, violencia política y muchos discursos de odio.

Analistas políticos consideran que la pugna Lula-Bolsonaro pudo ser la batalla inconclusa de las justas comiciales de 2018 y el nuevo reto del obrero mandatario electo sería curar los enquistados males de la democracia brasileña con más democracia.


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