lunes, 13 mayo 2024

El factor Jova

Veinticinco campeonatos después, el factor Jova puede o no marcar la diferencia, pero no habrá clasificación para el Villa Clara de beisbol si no se conquista en el juego diario.

Para el imaginario popular, el regreso de Pedro Jova a la dirección técnica de Villa Clara solo puede significar el reencuentro con el éxito. Después de una de las peores actuaciones de todos los tiempos para el conjunto naranja, la Comisión Provincial lo convenció de asumir el timón de los Leopardos y al menos, este año, pelear por la clasificación.

“De momento no hablemos de lugares”, enfatiza Jova, “yo no soy mago”, ha dicho más de una vez. El equipo no cuenta con las armas y el oficio de aquellas estrellas que capitaneó en la década del ’90. Ni siquiera con las del último campeonato azucarero. Villa Clara y las Series Nacionales han perdido mucho desde entonces.

En el 2013 esta tierra conquistó la primera serie donde se utilizaron refuerzos. Fue una década más simple. Entonces Moré no era el comisionado provincial y daba órdenes desde la banca. Andy Sarduy no preparaba a los jugadores de cuadro y pivoteaba en retroceso para tirar a primera. Pestano no tenía un hijo disputando su titularidad como receptor; se redimía con los que dudaron, mientras el público hacía temblar los cimientos del Augusto César Sandino.

Víctor Mesa, de mánager rival, caía estrepitosamente en la tierra que lo vio nacer como estrella.

En cuanto a apellidos, la nómina actual se parece demasiado a la del lugar 13 de la pasada campaña. Aunque nadie descarta que se logren resultados distintos cuando existen otras formas de liderazgo; se trabaja con el talento y se estimula correctamente los motivos individuales en una meta común. Los Leopardos tienen capital deportivo y entrenadores como para emprender un rendimiento ascendente.

Tantas cosas se marchitan –o rebrotan– en 294 días sin béisbol.

Jova puede tener 3 títulos, cinco finales, 247 victorias en 6 temporadas regulares, haber ganado el 60% de los partidos que dirigió (66.6% en sus 5 series con Villa Clara), pero no habrá clasificación si no se conquista en el juego diario. Reciclar un mánager exitoso resulta una estrategia manida que funciona en plazos cortos si los cambios objetivos y subjetivos no son profundos.

25 campeonatos después, el factor Jova puede o no marcar la diferencia. Después de todo, aquella temporada en que dirigió a los Indios de Guantánamo y el Sandino se levantó a aplaudirle su retorno, no sería el último baile. Comencemos por cuidar este equipo de dirección: a Riscart, a Machado, a Humberto. Extender sus servicios contra tiempo y jaleo, será el mayor acierto de la comisión provincial de Moré.

Pedro Jova Pérez cumplió 30 en el año que ganó su primer trofeo como jugador activo de un equipo de Villa Clara; 40 cuando dirigió al fenómeno Víctor Mesa en su primera final. Regresó a los 58, escribiremos algún día, sin hablar de lugares y metas, con menos reflejos y más paciencia, a consagrarse en las artes oscuras de la reconstrucción de un sistema de juego.

Lucen como un buen presagio: el Villa Clara protagonizó la mejor pretemporada de la Serie 61. Recuperó aliento y energía. De aquí en adelante, cargará con la esperanza de su gente en estos tiempos difíciles.


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