viernes, 26 abril 2024

La radio es una palma para la cultura cubana

Imbatible. La radio es imbatible. Y camino a los 100 años, la radio cubana tiene razones para celebrar su permanencia, su fidelidad, su capacidad para reinventarse.

La voz, el sonido de la vida, los efectos, el arte. Y la información permanente, la imaginación profunda, la imagen que construye el oído, en toda su dimensión. ¿Quién ha podido arrancar esas urgencias, esas pasiones, esas memorias? ¿Quién podrá?

A lo largo del archipiélago cubano, de la Punta al Cabo, en las ciudades y en los municipios. Un centenar de casas radiales, es decir, un centenar de latidos. Tantos nombres la han hecho posible. Tanta entrega y pasión, aún en tiempos difíciles.

Hay una profunda reverencia cuando recordamos figuras de nuestra historia sonora, pioneros como Manolín Álvarez y Luis Casas Romero, a clásicos como Félix B. Caignet y Alberto Luberta, a damas como Caridad Martínez, Aurora Basnuevo y Miosotis Fabelo, a voces como las Navarro Cuello y los Alarcones, y el gran César Arredondo.

Y cuando digo Isabel Aida Rodríguez, Juan Emilio Friguls o Luis Agesta, es decir inolvidables. Y si escribo Iván Pérez que es decir fidelidad. O Ismael Rensoli, radialista de pies a cabeza. Y Ángel Luis Martínez, César Hidalgo, Manuel Ramírez Heras, Andrés Machado Conte… aires de renovación, pasión intacta.  

Queman tantas historias construidas desde el terruño, desde el amor desbordado, desde la atmósfera dramática. Desde el éter y desde la red de redes.

Cuando todo es difícil, la radio se levanta. No ha renunciado nunca ni lo hará, sea en ciclones o amenazas, y como ahora en epidemias. Escenarios en los cuales se ha reinventado y hasta exhibe nuevas maneras de hacer y aprovechado lo que ayer nos parecía ajeno (Grupos de Whatsapp, de Facebook, perfiles en Telegram, en Instagran) y hasta nos vemos en YouTube, espacio que los creadores aprovechamos para hablar de poesía, de valientes frente al nuevo coronavirus que nos ha cambiado la vida y las formas de hacer la Radio.

La Radio no ha fallado a la fiesta del músculo, la fiesta de la Patria, la fiesta de la gente. No nos referimos a la perfección, nos referimos a su espíritu sonoro y diverso.

La radio siempre está. La radio es su gente. La radio entretiene, informa y cultiva.

La radio hace grande lo cotidiano. Es una palma para la cultura cubana.

Tomado del portal de la Radio Cubana


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