Eterna presencia
Otra vez la Plaza recibe al Comandante, vivo en cada artista, en cada obra, en cada canto. Porque su estirpe trasciende al mito para convertirse en luz que irradia su fulgor sobre una isla que permanece irredenta.
Otra vez el la Plaza vuelve a recibir al Comandante en Jefe, inmortalizado en el arte y en el homenaje de su pueblo.
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