miércoles, 24 abril 2024

El día que hablaron las hachas

El océano con sus vaivenes y la continua elevación que registra en los últimos 10 mil años, pudo haber colocado las huellas de la presencia humana temprana en las Antillas bajo el nivel actual del mar, pero no me abandona la esperanza que un día sean hallados, tierra adentro, otros vestigios de este poblamiento y que puedan ser analizados con las técnicas de datación que dispone la humanidad en el presente, para dejar zanjada una discusión que se me antoja científica e histórica.



En 1992 fue hallada una enorme y pesada piedra, comparable por su forma al asiento de una bicicleta, al norte de Villa Clara. Esta quedó registrada como la primera de varias herramientas presumiblemente usadas por un hombre muy primitivo llegado a Cuba, desde el norte del continente americano, hace unos 20 mil años.

Determinar la procedencia de estos habitantes más tempranos de la isla, es un desafío; tuve la suerte de visitar los sitios de excavación y tener en mis manos varias hachas y otros objetos elaborados con técnicas semejantes a la utilizadas en Europa hace unos 35 mil años.

El primer problema de credibilidad que tienen estos hallazgos es que la antigüedad probada y reconocida por la ciencia de los primeros habitantes de Cuba no pasa de los seis mil o siete mil años como máximo, y estos instrumentos no son compatibles con la teoría por el material utilizado, el tamaño de las personas que los crearon y sobre todo por su desconexión con los herramentales generados por el hombre en el centro y sur de América.

Los hallazgos arqueólogicos incluyen cuchillos, puntas de flechas, raspadores confeccionados con sílex (piedra abundante en la cordillera de la porción noroeste de Villa Clara) y resulta imposible negar que han aparecido asociadas con restos de una fauna de gran talla que habitó el delta del rio Sagua en aquel período.

Me contaron los arqueólogos del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (CESAM), de Villa Clara, que la relación de la fauna con las herramientas es irrefutable, porque si el hombre hubiera vivido en un momento posterior, las herramientas estarían por encima en los sustratos del suelo.

Esos hallazgos pueden probar que la presencia humana en Cuba es más antigua de lo reconocido oficialmente y abrir interrogantes sobre la procedencia de los primeros pobladores, que según los indicios habrían llegado al Caribe como mínimo hace unos 10 mil años por pasajes emergidos al final del cuarto período glacial.

Mientras revisaba detenidamente una de las hachas, pensaba en lo complejo que resulta ubicar el momento en que se construyó la herramienta, debido a que la materia prima resultó ser una piedra que data de millones de años. Por ahora seguirá siendo un misterio cuándo fueron tallados estos objetos que han pasado a engrosar las colecciones de varios museos del centro de Cuba.

El océano con sus vaivenes y la continua elevación que registra en los últimos 10 mil años, pudo haber colocado las huellas de la presencia humana temprana en las Antillas bajo el nivel actual del mar, pero no me abandona la esperanza que un día sean hallados, tierra adentro, otros vestigios de este poblamiento y que puedan ser analizados con las técnicas de datación que dispone la humanidad en el presente, para dejar zanjada una discusión que se me antoja científica e histórica.


Arnaldo Díaz Jiménez

Director de Televisión en Telecubanacán Graduado de Lenguas Extranjeras 1987 se interesa por el desarrollo científico y medioambiental. Es Realizador del Programa de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

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