¿En la tercera edad también se puede aprender?

Es cierto que es más fácil adquirir conocimientos en la niñez y juventud, pero la capacidad de aprendizaje que tiene cada individuo está directamente relacionada con su capacidad intelectual y otros factores, entre los que destacan los motivacionales. La motivación es intrínseca cuando la persona tiene interés en el hecho de realizar una actividad por el placer y la satisfacción que siente mientras aprende o trata de entender algo novedoso.

Diversos estudios al respecto han demostrado que las personas de edad avanzada son capaces de obtener niveles de conocimiento iguales o mayores que los de las personas más jóvenes, por supuesto, si disponen de una alta motivación.

No obstante, hay factores que pueden influir en que se aprenda de un modo más lento en la vejez, como por ejemplo, la disminución de la agudeza sensorial, hipoacusia, déficit de visión, mayor fatigabilidad, entre otros. Aunque los factores mencionados anteriormente no están relacionados directamente con la disminución de la capacidad de aprendizaje. Debemos tener en cuenta que ciertas facultades mentales se sufren con el paso del tiempo, como la memoria, la capacidad de concentración y la agilidad mental. Pero recuerde que la motivación es vital siempre que se desee emprender una nueva tarea.

Se pueden emplear diversas estrategias de aprendizaje en la tercera edad, como el hecho de no tener en cuenta la rapidez en aprender o realizar una tarea, sino la calidad y disfrutar lo que estamos haciendo.

Siempre fomentar en nuestros adultos mayores el deseo de aprender e interesarse por diversas temáticas como el deporte, artes, ciencia es estimulante para mejorar su calidad de vida y saber que no es tarde para aprender y ampliar nuestro horizonte.