Embarazo y Covid-19: riesgos a la vista
La Covid-19 ha demostrado ser un virus con una alta morbilidad y letalidad que afecta cualquier grupo etáreo con consecuencias graves en personas mayores de 50 años y en aquellos pacientes con enfermedades crónicas.
Las embazadas son uno de los grupos vulnerables a este virus con altas posibilidades para desarrollar formas graves de la enfermedad. En Cuba se han reportado más de un centenar de embarazadas contagiadas desde el mes de marzo del 2020 que inició la pandemia. El mayor número de positivas se localizaron en las provincias de La Habana con 53 mujeres, Ciego de Ávila 18, y Pinar del Río 12. Aunque Villa Clara no está entre las provincias de mayor incidencia, ha tenido apróximadamente11 contagiadas.
Del total de infectadas del país,71 estaban asintomáticas al momento de aplicarles el PCR en tiempo real y 91 fueron contactos de casos confirmados. La mayoría de todas presentaron una evolución clínica estable, solo una necesitó cuidados intensivos y no se lamenta la muerte de ninguna de ellas.
Según información de la Agencia Prensa Latina del 8 de enero del 2021 ,el 20 por ciento fueron menores de 20 años y al 37 por ciento se le diagnosticó la Covid-19 entre las 14 y 27 semanas, lo que pone en alerta al sistema de salud cubano para una mayor atención a este grupo .
Las mujeres durante el embarazo experimentan cambios inmunológicos y fisiológicos que pueden hacernos más susceptibles a las infecciones respiratorias virales, incluida la COVID-19. Varios estudios han revelado que las gestantes con diferentes enfermedades respiratorias virales tienen un alto riesgo de desarrollar complicaciones en su embarazo y resultados adversos perinatales en comparación con las mujeres no grávidas, debido a los cambios en la respuesta inmune. Asimismo pueden presentar riesgo de enfermedad grave, morbilidad o mortalidad en comparación con la población general.
Durante el período de gestación, el sistema inmune materno enfrenta múltiples retos, entre ellos: establecer y mantener una tolerancia alogénica con el feto y, al mismo tiempo, preservar su habilidad para protegerse contra distintos agentes microbianos. El estado inmunológico de la madre sufre cambios adaptativos a través de este período; pasa de un estado proinflamatorio al inicio del embarazo para beneficiar la implantación y la placentación, a un estado antiinflamatorio para beneficiar el crecimiento fetal durante el segundo trimestre, y por último, un estado proinflamatorio en el momento que se prepara para la labor de parto.
Es por ello el balance entre las citoquinas proinflamatorias y las antiinflamatorias y el factor (TGF B) crean un ambiente adecuado para la adaptación materna al antígeno fetal. El efecto antiinflamatorio puede ejercer protección y la COVID-19 podría ser menos severa en esta población.
Entre las complicaciones más frecuentes a las gestantes contagiadas por el nuevo coronavirus están el aborto temprano, el parto pretérmino, restricción del crecimiento intrauterino, contracciones irregulares o preeclampsia, que en algunos casos amerita alguna intervención quirúrgica y la consecuente terminación temprana del embarazo. Además puede llevar a la embarazada al ingreso en una unidad de cuidados intensivos, necesidad de ventilación mecánica, insuficiencia renal o coagulopatía intravascular diseminada, y una evolución tórpida de la enfermedad.
En particular, el sistema respiratorio se ve afectado por los altos niveles de estrógenos y progesterona, así como por la disminución del espacio para la expansión pulmonar. Esto hace que las embarazadas sean más susceptibles a las infecciones por patógenos respiratorios y tiendan a desarrollar una enfermedad más grave en estos casos.
Aunque la comunidad científica no ha precisado con certeza trasmisión materno fetal de la enfermedad, no se descarta la posibilidad de trasmisión. De allí el llamado al cuidado y protección de las embazadas, de la pesquisa activa diaria, al seguimiento constante a las embarazadas por la atención primeria de salud.
Resulta también un imperativo la responsabilidad individual y familiar de cuidar y proteger a las embarazadas para evitar desenlaces fatales.
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