¿Tortugas con papiloma en Villa Clara?

Hace algunos años los expertos del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (CESAM) me mostraron el peto de una antiquísima tortuga descubierta durante los trabajos arqueológicos realizados en las sierras cercanas a Sagua la Grande.

Estos reptiles se han adaptado con mucho éxito al medioambiente y son miembros importantes de los ecosistemas marinos en gran parte del mundo. Desafortunadamente, las adaptaciones evolutivas que permitieron a las tortugas marinas sobrevivir el asteroide que eliminó a los dinosaurios, los períodos glaciares y a otras catástrofes que siguieron después, no las han preparado para poder soportar las presiones ejercidas por los humanos.

La pesca, su muerte accidental al enredarse con las redes, la desaparición de sus sitios de desove o su utilización para fomentar el turismo, han mermado estas especies

Comencé a seguir el caso del recalo de tortugas con papiloma en el 2014 cuando realizaba filmaciones acerca del Manatí en la reserva de Flora y Fauna Lazanillo Pajonal Fragoso. 

Cuando aparecieron en la costa de Villa Clara los primeros ejemplares infectados se pensó inicialmente en una camada con un padre enfermo que pudo transmitir a su descendencia una variante animal del virus. Algunos de estos animales quedan ciegos, otros se debilitan al perder la capacidad natatoria producto de las lesiones y mueren por infecciones oportunistas generadas producto de la falta de alimentación.  

Durante el pasado año concluyeron investigaciones del mundo académico acerca del brote de la enfermedad que establecieron su vinculación con la disminución de la inmunidad producto de contaminantes de origen humano, lo que da algunas herramientas para proteger la especie y encaminar los trabajos de conservación.

Cuando visité la reserva a finales del pasado año, me hablaron de los avances que han logrado en el conocimiento del papiloma y cómo se ha motivado a los pescadores para la entrega de los animales enfermos para intentar tratarlos como aquel que ya recuperaron y devolvieron al mar hace algún tiempo.

Desgraciadamente Villa Clara carece de un espacio para tratar especies protegidas que recalen con problemas de salud. No quisiera imaginarme la emergencia que generará el recalo de un manatí, o un delfín lesionado y sueño que se pueda prestar un poco más de atención a nuestras tortugas enfermas más allá contabilizar muertes y ofrecer algo más que los primeros auxilios que estamos prestando actualmente.