En Villa Clara enseñanza especial con tradición educativa

La escuela especial Fructuoso Rodríguez en Santa Clara destaca no solo por la calidad de la enseñanza dirigida a niños con discapacidades visuales, auditivas y de trastornos de la comunicación; sino además por ser un centro que obstante la distinción de Tradición educativa. 

Quizás sea la historia que cobija la escuela especial Fructuoso Rodríguez, antigua cárcel de Santa Clara; o tal ves la nobleza de la obra que se desarrolla en el plantel, lo cierto es que una vez que se conoce el encanto de este colectivo docente resulta muy difícil dejarlo atrás.

Así le ha sucedido al máster en ciencias de la educación, Juan Sansó Alfonso, quien desde la fundación del centro en 1995 ha llevado la batuta del centro; acreedor además de la distinción Escuela con tradición educativa.

“Somos una escuela con tradición educativa. Donde cada uno de los maestros vive consagrado a esta enseñanza, siendo cada alumno un desafío. Mi claustro es muy estable con una alta preparación pedagógica. Tengo cinco maestras retiradas reincorporadas, así como varias ex alumnas hoy convertidas en excelentes maestras, explicó Sansó Alfonso.

La tradición educativa va de generación en generación, por ello no es casual encontrar en las aulas antiguas alumnas que hoy devuelven tanto amor y comprensión encontrada aquí.

Por ejemplo, Aleida Fariñas, fundadora del centro es la bibliotecaria y le apasiona poder orientar a los infantes a la lectura de un buen libro.

“Yo fui una niña con muchos problemas de salud. Tuve una parálisis cerebral infantil, pero me impuse a todas las dificultades y hoy soy máster en la educación. Me parece increíble haber logrado tanto en la vida y eso se lo agradezco a mis maestros, por ello me place mucho poder compartir y ayudar a niños con discapacidades para que alcancen total validismo”, refiere Aleida.

Leidy Laura es una jovencita muy simpática, amante de la obra martiana, y a unos meses de graduarse de maestra primaria en la especialidad de enseñanza especial disfruta cada minuto frente a sus alumnos.

“Yo fui alumna de aquí y no puedo olvidar todo lo que mis maestros me enseñaron. Gracias a ellos he podido llegar al cuarto año de mi carrera y realizar con gusto mi practica docente. Ahora me corresponde devolverle a mis alumnos todo ese amor y sabiduría que me dieron y guiarlos para que puedan ser como yo”, explicó con una sonrisa angélical Leidy Laura.

Y es que en la escuela Fructuoso Rodríguez la labor educativa hace especial a cada  maestro, a cada infante y a cada aula. Por ello los alumnos del el grupo de tercero A, conocidos  como el club de los entusiastas se distinguen por sus habilidades culturales, un trabajo resultado de la paciencia y la entrega de un claustro docente muy especial.