Chequea Primer Ministro marcha de proyectos vinculados a la producción de alimentos y desarrollo local en Villa Clara

El primer punto de su periplo estuvo en la Minindustria Cubanacán, un lugar con más de 100 trabajadores, que pone en práctica un ciclo cerrado de producción, capaz de garantizarles la gestión sin intermediarios, desde el campo hasta sus siete puntos de ventas habilitados en Santa Clara.

Este emprendimiento, con más de diez años de creado, entrega cada día entre 3.5 y 5 toneladas de producción terminada, en su mayoría conservas, no solo para la venta directa a la población, sino también para sectores como la Salud, la Educación y el Comercio minorista.

Con el doble aporte del Gobierno Provincial y el Programa de las Naciones Unidas para la Producción de Alimentos, esta minindustria aspira a ampliar sus entregas a la población, incluso a partir de módulos distribuidos en la red de bodegas del territorio.

Al respecto, el Primer Ministro elogió el trabajo realizado, sobre todo a partir del encadenamiento productivo con otras industrias del territorio, capaces de asegurar algunos de los envases.

En la finca del productor Yudenis Ceballos, el Primer Ministro de la República pudo constatar los resultados de este campesino, perteneciente a la CPA Camilo Cienfuegos. Conoció de primera mano que de las 43 hectáreas de tierras, tiene destinada 14 a la producción de tabaco entre tapado y sol en palo; el resto las dedica a la producción de cultivos varios, tanto para el autoconsumo como para venta a la población.

Este joven campesino posee un rendimiento de 914 manojos por ha y un 72 por ciento de capa exportable. Hoy es uno de los 33 tabacaleros que cierran el ciclo productivo en su propia finca, a partir de una escogida propia.

Entre las principales ventajas de este experimento destacan el crecimiento productivo, la cercanía con el tabaco y, por tanto, una mejor atención.

Marrero Cruz también visitó la finca “Sí se puede”, un lugar que hace menos de un año estaba cubierto de marabú y ahora tiene más de 30 hectáreas sembradas con tres variedades de frijol. Asimismo, incursiona en otras plantaciones como el maní y la fruta bomba.

Aquí todo crece sin emplear fertilizantes químicos, una realidad que significa un desafío salvado gracias a la vinculación con las universidades y el uso de biofertilizantes y bioplaguicidas.

“Pretendemos cosechar todo el frijol antes de fin de año y cumplir nuestros compromisos con la empresa de semillas. Luego queremos entregar todo lo que rinda para el consumo social. Así respondemos a la confianza del Gobierno en nuestro proyecto”, aseguró Yuniel Hernández Guerra, el productor principal.

Durante el recorrido, el mandatario cubano llamó a potenciar la relación con los bancos, una fuente de financiamiento para estrategias como esta. De igual manera, llamó a entregar las mejores tierras y recursos a los campesinos más capacitados, claves en el aporte del sector a la economía del país.