miércoles, 1 mayo 2024

El maestro es el gran innovador del sistema educativo cubano

En un encuentro con directivos, científicos y expertos del Ministerio de Educación, el Presidente de la República insistió en la necesidad de seguir perfeccionando en el sector el sistema de gestión basado en la ciencia y la innovación a partir de las propias ideas que desde allí se desarrollan y conocen.

FOTO: ARCHIVO

Dentro de todos los campos de investigación, la orientada a los procesos educativos, de aprendizaje y de formación de valores es una de las más importantes, y por eso se le debe conceder prioridad. Desde esa reflexión, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, convocó a directivos, científicos y expertos del sistema de Educación a lograr que el maestro y el profesor sean innovadores desde su accionar cotidiano.

En el Ministerio de Educación –reconoció– existen una historia y un sistema de trabajo para la innovación que se pueden seguir perfeccionando a partir de las propias ideas que desde el sector se desarrollan y conocen.

A su vez, dijo, el actual contexto nos impone desafíos muy exigentes que demandan de investigación científica e innovación para solucionar problemas que hoy tenemos en el proceso docente-educativo y en el enfrentamiento a factores externos dentro de la sociedad, que influyen en los estudiantes.

Destacó dos fenómenos que están requiriendo de investigaciones por la repercusión que han tenido en el momento actual. Uno de ellos es la COVID-19, que nos golpeó la educación.

Primero –explicó– ralentizó los procesos educativos, fracturó un poco la relación de influencia de la escuela en los estudiantes, detuvo el aprendizaje, y ha traído consecuencias sicológicas y de comportamiento en varios niños, adolescentes y jóvenes.

Tenemos que hacer investigaciones –consideró– para conocer el impacto que nos dejó la COVID-19 y saber cómo actuamos ante otro fenómeno similar. La enseñanza a distancia, ejemplificó, es una manera para enfrentar situaciones como esa, pero combinándola más con una mayor presencia en las aulas. En lo inmediato, con la reanimación del curso, valoró, tenemos que concentrarnos en ir recuperando el tiempo perdido en las aulas, sobre todo en el aprendizaje de los estudiantes, sin perder calidad.

El otro hecho que está impactando en nuestros estudiantes son las redes sociales, subrayó. Internet tiene que ser una herramienta para tener cultura, para elevar la información, para que sea emancipadora, y hoy lo que existe, más que redes sociales, son redes digitales casi antisociales, andamiaje de odio, de vulgaridad, de banalidad, que están influyendo en los muchachos, valoró.

Este es un reto importante –consideró– que tenemos que abordar desde la investigación y también desde la sicología; que tiene que ser interdisciplinario, teniendo en cuenta la pedagogía, la sicología y la comunicación social.

Señaló el desempeño de los maestros, cuya categorización consideró de vital importancia: una categorización integral del desempeño que ayudará a reconocer al que lo hace mejor, al que lo hace con maestría pedagógica, del que no.

La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, tras presentar las principales líneas de acción para la ciencia y la innovación, aseguró que es un camino en el que se deberá continuar potenciando la renovación de sus formas de hacer, fortaleciendo la atención a la formación académica, el desarrollo de proyectos institucionales, la socialización de los resultados y el sistema de reconocimiento para el logro exitoso del cumplimiento de la misión educacional.

«Hay una obra hecha y otra que está por hacer, pero estamos empeñados en que esto se haga bien», aseguró.

APUNTES PARA EL ACCIONAR EN LAS AULAS

Se dialogó también sobre temas como el desarrollo y la preparación de doctores en Ciencias de la Educación, desde lo cual se puede contribuir a la formación doctoral en otras áreas del conocimiento; y la urgencia de potenciar, a nivel de territorio, esa formación doctoral y vincularla a las investigaciones de la Universidad.

Ondina León Díaz, directora general de Investigación y Posgrado del Ministerio de Educación Superior, destacó cómo se ha asumido a las propias escuelas, y no a la Universidad, como el escenario de formación doctoral; es ahí donde hacen sus proyectos, sus investigaciones, y eso da gran fortaleza al sistema educacional.

El reto es extraordinario –reconoció el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi– porque para obtener los resultados que necesitamos es vital que las acciones que se llevan a cabo impacten de manera positiva en la calidad de los procesos educativos en la base. Asociado con ello, destacó la importancia de que los temas que se escojan desde el Ministerio de Educación para la preparación de los recursos humanos y la ciencia, también se vinculen a las ciencias específicas que se desarrollan, y que las personas se preparen, no solamente en la pedagogía, además, para elevar la calidad de los estudiantes.

«El recurso humano es esencial si nosotros queremos lograr que allá, donde se forman ese niño y ese joven, se obtenga un resultado de valores de todo tipo que impacte en el proceso», valoró.

Desde la responsabilidad que tiene el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, como centro autorizado para la formación de posgrados en el país, su directora Silvia Navarro Quintero enfatizó en que es «el aula el escenario, el laboratorio natural, para la gestión de los proyectos, y el gran innovador del sistema educativo cubano es el maestro, porque en la manera en que él planifique su proceso de enseñanza y aprendizaje, en que contextualice, identifique cómo trabajar las herramientas pedagógicas para accionar de manera diferenciada con la heterogeneidad de sus alumnos, está la principal innovación».

El escenario que hoy estamos viviendo con las acciones en los barrios, abundó, nos va dando las pautas de hacia dónde encaminar esa pedagogía que estamos recontextualizando desde nuestro proyecto, y de conjunto con los municipios.

Al respecto, Gustavo Deler Ferrera, presidente de la Asociación de Pedagogos de La Habana, enfatizó en la urgencia de no perder de vista «el papel que tienen el consejo popular, la escuela enmarcada en un consejo popular, el barrio y la comunidad». Hoy damos un nuevo significado al valor que tiene la pedagogía social, la pedagogía comunitaria, dijo, al tiempo que reconoció que la idea de que el Ministerio entre a un consejo popular con proyectos de desarrollo local constituye un reto del cual quedan aprendizajes significativos. Sobre esa línea de pensamiento, el Presidente de la República insistió en la trascendencia –dentro de los conceptos de desarrollo territorial y el perfeccionamiento– de que la escuela se convierta en el centro de la comunidad.

Entre los retos que eso entraña, definió la importancia de prever cómo articulamos todo con los municipios, y cómo formamos a las autoridades de Gobierno –incluyendo a las territoriales–, en materia educativa, para que sepan gestionar los conceptos de ciencia e innovación en la escuela, que es donde vamos a ganar la batalla.

Ahora tenemos que ser capaces –enfatizó– de socializar, generalizar y evaluar los impactos de las investigaciones que se están desarrollando en cada territorio. Todo eso va a dar mucho en la transformación que queremos hacer a nivel comunitario, en los barrios, en la pedagogía comunitaria, en la educación popular, lo cual están haciendo varios agentes, que no son esencialmente del sistema educacional, y lo están haciendo bien.


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