martes, 16 abril 2024

Informe concluye que una mejor respuesta internacional podría haber evitado pandemia

Un informe de expertos independientes comisionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y divulgado este miércoles concluyó que podría haberse evitado la pandemia de COVID-19.

Los expertos criticaron la demora para la declaración de Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional hecha por la Organización Mundial de la Salud el 30 de enero de 2021.

Para los investigadores, febrero de 2020 fue un mes perdido en el que muchos más países podrían haber tomado medidas para contener la propagación del SARS-CoV-2 y “prevenir la catástrofe sanitaria, social y económica mundial que todavía persiste”.

El panel consideró que “el sistema actual es claramente inadecuado para evitar que otro patógeno nuevo y altamente infeccioso, que podría surgir en cualquier momento, provoque una pandemia”.

“La pandemia de COVID-19 es una señal de cuán vulnerable y frágil es nuestro mundo. El virus ha trastornado sociedades, ha puesto a la población mundial en grave peligro y ha expuesto profundas desigualdades. La división y la desigualdad entre los países y dentro de ellos se han exacerbado, y el impacto ha sido severo para las personas que ya están marginadas y desfavorecidas”, añade el informe.

Los expertos emitieron una serie de recomendaciones para deterner futuras pandmias y transformar el sistema actual:

  • Establecer un Consejo Mundial sobre Amenazas para la Salud que mantenga el compromiso político con la preparación y la respuesta frente a pandemias y que haga responsables a los actores, en particular mediante el reconocimiento y el examen entre pares. Los países también deberían adoptar una convención marco sobre pandemias en los próximos seis meses
  • Establecer un nuevo sistema mundial de vigilancia basado en total transparencia. Este sistema proporcionaría a la Organización Mundial de la Salud la autoridad para publicar información sobre brotes potencialmente pandémicos de forma inmediata sin necesidad de aprobación. También le permitiría enviar expertos a investigar a la mayor brevedad posible cuando sea necesario
  • Invertir ahora en la preparación nacional contra las pandemias, ya que será demasiado tarde cuando llegue la próxima crisis. Todos los gobiernos deberían revisar sus planes de preparación y asignar los fondos y el personal necesarios para prepararse frente a otra crisis sanitaria
  • Transformar el actual Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT) en una plataforma verdaderamente mundial destinada a proporcionar bienes públicos mundiales, como vacunas, pruebas diagnósticas, tratamientos y suministros que puedan ser distribuidos rápida y equitativamente en todo el mundo, de modo que se pase de un modelo de mercado a otro destinado a suministrar bienes públicos globales
  • Focalizar y reforzar la autoridad y la financiación de la Organización Mundial de la Salud, en particular desarrollando un nuevo modelo de financiación para acabar con los fondos asignados a fines específicos y aumentar las contribuciones de los Estados Miembros
  • Crear un mecanismo internacional de financiación frente a pandemias, que tendría la capacidad de movilizar contribuciones a largo plazo (10-15 años) de entre 5000 y 10.000 millones de dólares al año para financiar la capacidad de respuesta continua. También debería estar preparado para desembolsar entre 50.000 y 100.000 millones a corto plazo adelantando los compromisos futuros en caso de declaración de pandemia. El Consejo Mundial sobre Amenazas para la Salud asignaría y supervisaría la financiación a las instituciones que tengan la capacidad de apoyar el desarrollo de las capacidades de preparación y respuesta
  • Los Jefes de Estado y de Gobierno deberían adoptar en una cumbre mundial una declaración política bajo los auspicios de la Asamblea General de las Naciones Unidas para comprometerse con estas reformas transformadoras

El informe establece que la vacunación por sí sola no acabará con la pandemia: “Debería combinarse con pruebas, rastreo de contactos, aislamiento, cuarentena, enmascaramiento, distanciamiento físico, higiene de manos y comunicación efectiva con el público”.

El panel formuló, además, recomendaciones para que la comunidad internacional pueda detener la propagación de la COVID-19.

Sugirieron compartir vacunas: Los países de altos ingresos con una reserva de vacunas suficiente para una cobertura adecuada deberían comprometerse, a la vez que amplían su cobertura, a proporcionar a los 92 países de ingresos bajos y medios participantes en el compromiso anticipado de mercado de COVAX al menos mil millones de dosis de vacunas de aquí a septiembre de 2021.

Suspender las patentes: Los principales países productores de vacunas y los fabricantes deberían reunirse, bajo el auspicio de la OMS y la Organización Mundial del Comercio, para acordar la concesión voluntaria de licencias y la transferencia de tecnología.

El G7 debería comprometerse a proporcionar el 60% de los 19 000 millones de dólares que el Acelerador ACT necesita en 2021 para vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos y para el fortalecimiento de los sistemas de salud. Debería adoptarse una fórmula de reparto de la carga para financiar estos bienes públicos mundiales de forma continua.

También recomendaron que todos los países deberían aplicar las medidas de salud pública que han demostrado eficacia a la escala necesaria para frenar la pandemia, y afirmaron que para lograr esto es imprescindible el liderazgo de los jefes de Estado y de Gobierno.


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