domingo, 12 mayo 2024

Los pilares de Argentina

Rosario es ciudad de ángeles y genios. Cada vez que se le otorga un premio a Lionel Messi con la selección debió caligrafiarse el nombre de Di María en letra pequeña. Hace casi dos décadas Miguel Di María le dio tres opciones a su flaco: terminar la escuela, trabajar en el carbón a tiempo completo o probar otro año con el fútbol. Lo demás…

Rosario es ciudad de ángeles y genios. Cada vez que se le otorga un premio a Lionel Messi con la selección debió caligrafiarse el nombre de Di María en letra pequeña.

Hace casi dos décadas Miguel Di María le dio tres opciones a su flaco: terminar la escuela, trabajar en el carbón a tiempo completo o probar otro año con el fútbol. Lo demás es historia. Los sudakas persiguieron cada balón como si del fin de los tiempos se tratase.

Gracias al Fideo, los de Scaloni tuvieron margen para lo improbable: irse a descansar dos goles sobre Francia. Pero los cambios franceses comenzaron a generar y Mbappé forzó la prórroga con dos botazos.

C’est le foot. La barra albicelestes llevó las manos a la cintura, apretó los labios y apeló a su repertorio de cábalas y cánticos. Fueron 3 goles por equipo y otra tanda de penales para que el Dibu hiciera de las suyas.

El fútbol calculado ya no produce finales como esta. Messi tuvo uno de esos días. Mbappé estaba en otra de esas noches. Después de tantas sorpresas, el petroMundial no pudo quedar mejor maquetado: los petrojeques tuvieron a sus príncipes en la final, la Copa volvió a Sudamérica y África llegó a semifinales. Maradona tuvo su homenaje póstumo; Messi, el título que le faltaba.

En el mismo Mundial los sudakas perdieron su invicto contra Arabia Saudita. Le aceptaron 90 minutos de lucha libre a México. Se batieron con cuatro conjuntos Europeos consecutivamente, remolcados por el deseo de su gente de la Plata, de la Pampa, por aquellos que se empeñaron para viajar a Qatar a ver jugar millonarios. Dos años atrás Enzo Fernández tenía 18 y jugaba en el Defensa y Justicia.

Emiliano Martínez se sentía atascado en la segunda división de Inglaterra sin esperanzas de representar a su país. Julián Alvárez pateaba para el River. De Paul, para el Udinense. Hoy por hoy son pilares de la tercera estrella Argentina, de un proyecto que no se tiró atrás, que no bajó los brazos.

Argentina sufrió. Argentina cumplió. Diego es amor, y obra de maneras misteriosas.


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