Jorge Moisés y Daniela, 36 años después, a la gloria panamericana

El torneo de tenis de mesa de los Juegos Panamericanos Santiago-2023 otorgaba solo dos cupos olímpicos hacia París-2024 en la prueba de dobles mixto.

Cuando Tokio-2020, nunca antes una dupla mixta cubana había clasificado a citas estivales, y Daniela Fonseca y Jorge Moisés Campos lo lograron.

Ahora la meta era reeditar la hazaña. Para ello debían superar en semifinales a la pareja local de Paulina Vega y Nicolás Burgos, campeones del Panamericano de La Habana.

El partido fue de infarto. Se extendió hasta el séptimo set, y Cuba tuvo que venir de abajo varias veces para mantener con vida el sueño olímpico.

La victoria fue la gloria bendita. Además del boleto a la capital francesa, también significó mejorar el color de la medalla en estas citas. Con la plata asegurada, llegaban a la final, lo que no ocurría desde la edición continental de Mar del Plata-1995. Quedaba por delante la disputa del cetro para darle al tenis de mesa cubano su segunda diadema panamericana. La primera, lejos en el tiempo, fue en Indianápolis-1987, con Carla Miranda y Mirta Ramírez.

El principal objetivo se había logrado, ya conquistar la medalla de oro se tornaba casi una quimera. Los rivales serían los archifavoritos brasileños Bruna Takahashi y Vítor Ishiy.

Pero el deporte guarda las proezas para quienes las buscan, y Moisés y Daniela salieron tan impetuosos que borraron de la mesa de juego el abolengo de sus adversarios. La categórica victoria por 4-0 fue la realización de un sueño, y el premio a la tenacidad y la entrega de este binomio que hizo crecer la historia del movimiento deportivo cubano.

«Es algo muy importante para nosotros ante una dupla como la de Brasil, que nos había ganado en Cuba. No imaginaba alcanzar la medalla de oro en un evento panamericano. Estoy muy contenta con el resultado, pues nos dio la clasificación olímpica», expresó Daniela.

Jorge Moisés dijo sentirse triplemente feliz. «Por hacer historia, por el boleto directo a París-2024 y por esta medalla de oro. Es un logro sin igual, un sentimiento increíble, al fin, alcanzar esta medalla de oro».

Para Daniela es su primera medalla panamericana, para Jorge la tercera, pues ya acumulaba dos de bronce.