La benigna terquedad de un Premio Literario
Dadas las complejidades que impone el actual rebrote de la COVID-19, en esta edición 33 no se desarrollaron las actividades de recitales, intercambios, coloquios y presentaciones de libros que siempre caracterizaron al evento. Tanto la convocatoria como el envío de las obras se hicieron vía digital por la que se recibieron un total de 139 libros en los cuatro géneros que fueron convocados.
La premiación, que se realizó en el centro Cultural El Mejunje, al que solo asistieron Yudí Rodríguez Hernández, primera secretaria del Partido en Villa Clara, el presidente del Gobierno en Santa Clara, un representante de cada jurado, la prensa cultural, algunos directivos culturales y uno de los cuatro ganadores de los premios.
Precisamente Amador Hernández Hernández, natural de Calabazar de Sagua, recogió el lauro en el género Testimonio, por su libro titulado Los puentes rotos de Nueva York, el que fue alabado por el jurado por la verosimilitud de los testimonios que recoge, por una prosa directa al mismo tiempo que sugestiva, por la intensidad que el autor logra imprimir a las tres historias y los sutiles vínculos que mantienen entre sí.
En Poesía el holguinero Rubiel Alejandro Gonzales Labarta se alzó con el premio con su texto titulado Instrucciones para construir una máquina del tiempo, el que destaca por el equilibrio entre lo formal y conceptual del poemario, por la claridad y transparencia estilística que demuestra en el tema del tiempo y la memoria.
La villaclareña Lianny Vento García ganó con el libro de cuentos Lo que ocultan las rocas de la orilla, al que se atribuye una factura impecable, aliento lírico, habilidad para ficcionar alrededor de la figura del poeta Pablo Neruda. Lianny no pudo recoger su premio por encontrarse en una beca literaria en Chile.
En Literatura dramática, o teatro, el libro Intemperie, cuyo autor es el habanero radicado en España, Abel Gonzales Melo, ganó el lauro. En él resaltan la imaginería de la estructura, la eficacia, el diseño de los personajes así como por la manera con que el discurso se acerca a la realidad cubana contemporánea mediante un espacio crítico.
Esta vez no pudieron ser presentados los libros ganadores de la edición del año pasado los que ya fueron editados e impresos por encargo de la Editorial Capiro de Villa Clara.
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