Cuba cambiaba el rumbo de su historia
Eran las 10 de la mañana de aquel sábado 10 de octubre de 1868 cuando el repique de las campanas del ingenio Damajagua, Manzanillo, en el oriente del país llamaba a la formación.
Céspedes pronunciaba las más determinantes palabras, llamó a sus esclavos a filas: 53, casi la totalidad empleados en labores domésticas, pues las labores fabriles y del corte de caña eran realizadas por obreros asalariados; proclamó su libertad y los convocó a marchar unidos para luchar por la independencia de la patria; desde ese instante se convirtieron en la compañía de zapadores del Ejército Libertador.
Esa mañana de octubre, hace 153 años, el patricio bayamés pronunció la declaración de independencia conocida como Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba o Manifiesto del 10 de octubre.
Comenzó así la primera guerra por la independencia de Cuba que duró 10 años y tuvo un carácter nacional-liberador, democrático y antiesclavista. Ese amanecer insurrecto contra el colonialismo español rompió el primer eslabón de la humillante esclavitud que existía en la Isla.
Este hecho cambió el rumbo de la historia de Cuba y marcó la radicalización del pensamiento revolucionario cubano.
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