miércoles, 24 abril 2024

Lucir bien después de los 50 años, un reto para las de esa edad

Aun cuando el vestir bien no significa estar a la moda, sí es importante tener presente la edad, el destino y la hora de cada salida de casa. Para las mujeres mayores de 50 años de edad y que presumen del buen gusto, esto es un reto.

Aun cuando el vestir bien no significa estar a la moda, sí es importante tener presente la edad, el destino y la hora de cada salida de casa. Para las mujeres mayores de 50 años de edad y que presumen del buen gusto, esto es un reto.

Aun cuando no soy de las personas que viven pendiente del vestir, sí pienso que la edad, la hora y el lugar de destino influyen en gran medida en cómo vestirnos.

También sé que hoy está de moda todo lo que vistes por ello me atrevo a opinar lo importante que es tener en cuenta la edad para el uso de tal o cual vestimenta.

Ya en otra ocasión opiné sobre el buen vestir en sentido general y sigo pensando como mi abuela, cuando decía que andar limpio, cosido y planchado era la moda que iba en cada momento y edad.

No obstante, me atrevo a sugerir qué usar cuando eres mujer y pasas de los 50 años de edad y tienes que salir a diario al trabajo, a hospitales o a cualquier diligencia sin que el apremio sea un escudo para salir desaliñada.

La moda no pasa desapercibida y se unen al buen gusto a la hora de elegir el atuendo correcto y decidir por aquello que te quede mejor.

A los 50 es momento de elegir colores que te queden bien, ropas que oculten los defectos que aparecen con la llegada de los años, y así puedes salir sin temor a andar errada.

Revisa en tu closet, desecha lo que ya no usas y alista cada pieza de manera que no te detengas a la hora de elegir cada amanecer.

Por ejemplo, no puede faltar en tu armario los pantalones, esos que van ancho o estrechos de acuerdo a tu figura. Un pantalón negro no puede faltar en la colección, pero tampoco uno de mezclilla. Ambos de cintura alta son muy prácticos y con ellos puedes alternar varias piezas superiores, dígase pullovers o blusas de otros cortes y disimiles colores, especialmente aquellos que realzan tu rostro.

Las sayas o faldas son importante en tu ropero, pueden ser colores enteros o estampados, pero siempre sobre las rodillas o debajo de ellas cuyo largo va con la estatura de cada quien, nunca unas minifaldas a esta edad.

Los vestidos son también imprescindibles y muy útiles, sus largos también similares al de las faldas. Los escotes y las formas van de acuerdo al gusto y el cuerpo de cada quien para no rosar la ridiculez.

Camisas, blusas de diferentes formas y pullovers también vienen a tono con esta edad en que ya debes ir pensando que no eres tan joven como para exagerar y afianzarte a la moda, pero tampoco vieja como para descuidar tu apariencia.

Junto a estos trajes no dejes de tener en cuenta los accesorios (pañuelos, bufandas, collares, chalinas y hasta sombreros que si vives en el Caribe como es mi caso, el sol llama a su uso.

En el invierno vienen muy bien las chaquetas, estolas y mantas, y durante el verano, cualquier tejido que esconda un escote o un tirante.

Le sumo a estos consejos los zapatos que no debes descuidar porque para todos es conocido que estos resaltan cualquier atuendo que vistas, pero eso no dice que sea aquellos que nos incomoden, la comodidad es muy importante en esta edad.

Y ten en cuenta siempre que el arreglo de manos y pies tampoco debes descuidar, En esta edad es más importante mantenerlas limpias y arregladas que quizás mas joven.

Ah no quiero pasar por alto como amanecer esos días en que las tareas domésticas te comprometen, me refiero al lavado, la limpieza y el orden del hogar. También en estos días debes estar presentable para una salida imprevista o una visita no anunciada. Para estas ocasiones puedes dejar aquellas ropas que ya no usaras para tus salidas pero que aún están en forma y muy importante, cómodas para esos menesteres caseros.


Eleonora María Flores Pedraza

Periodista Licenciada en Historia y Ciencias Sociales 1984, muestra interés por el periodismo y los problemas de la sociedad.

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