Pequeñas parcelas de tierra
Cada organopónico tiene la tarea de aportar al consumo social de los organismos que estén a su alrededor y brindar el mismo servicio a la población», acotó Héctor de la Fe Bermúdez, Director Adjunto de la Unidad empresarial de base integral agropecuaria de Manicaragua.
El funcionario agregó que los organopónicos del municipio participan en las ferias agropecuarias realizadas en la localidad el tercer sábado de cada mes y además aportan todos los fines de semana una porción de hortalizas a la ciudad de Santa Clara.
«Siempre digo que entre más siembras y comercializas más ganas y ese mensaje lo han acatado muy bien nuestros obreros. Esta unidad no era rentable, eran organopónicos arrendados y hoy todos son estatales. Los 58 manicaraguenses que laboran en este sector son los que permiten el cumplimiento del plan de la agricultura urbana mensualmente», manifestó el Director Adjunto.
Entre estos centros de cultivo se encuentran: El Bondadoso, La Habichuela, El Mirador y el Ranchón de referencia provincial que cuenta con un colectivo mayoritariamente de mujeres.
«El organopónico La venturilla aporta a varias unidades y a la población. Cuenta con cultivos variados de vegetales como la lechuga, el tomate y la col, los cuales destinamos a la población después de cumplir con el abastecimiento a otras unidades estatales», según afirmó Agustín Espinosa Espinosa, administrador del organopónico.
Estos sistemas de la agricultura urbana favorecen significativamente a la economía de la localidad. Para Manicaragua, un poblado eminentemente agrícola, aprovechar cada hectárea es fundamental y la mejor manera de hacerlo es seguir fomentando la creación de estos organopónicos.
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