jueves, 18 abril 2024

Los carboneros

En lo profundo de los montes de la costa encrucijadense, trabajan los carboneros de la UBPC “Gregorio Pedroso”,  ellos realizan un valioso aporte de carbón vegetal para el pueblo en tiempos en que escasea el combustible.

Si algún visitante pregunta a los campesinos del poblado de Calabazar de Sagua, en Encrucijada, cómo localizar a los carboneros de la cooperativa Gregorio Pedroso, ellos le indicarán que tome una carreta o un carretón de caballos que lo conduzca al terraplén de Piñón abajo, hasta la costa de San Bernardo, y en un sitio bautizado como “Donde el diablo dio las tres voces” se adentre en la profundidad del monte.

Un coche arrastrado por un corcel, ese es el transporte de ida.

Si adelante el forastero descubre en la lejanía una humareda, avista cabezas de ganado entre los árboles y un rio que se precipita con estruendo en una hondonada subterránea, escucha la voz del hacha que derriba el marabuzal o ve claros y nuevos sembradíos en la manigua; entonces puede decirse que su búsqueda va bien encaminada.

Poco después, ante los ojos del viajero, se abre un espectáculo que rompe el paisaje desolado: ¡Los carboneros!

El carbonero de mayor experiencia del equipo es Oscar Concepción García, quien lleva más de 10 años en el oficio. El señala que los carboneros se sienten bien atendidos en la cooperativa, y en retribución cumplen su trabajo para que el beneficio sea completo, los hornos no se vuelen y se produzca un carbón de calidad superior: “En los claros que vamos limpiando de malezas la cooperativa tiene sembrado yuca, boniato, calabaza y otros cultivos, y así se aprovecha bien toda la tierra”, añade.

Mientras que otro de los miembros, Rolando Aguayo Valdez, se siente agradecido al Presidente de la institución, Elio Olivera Martínez, por darle la oportunidad de sentirse útil y contar con el reconocimiento de las personas del municipio. “A diferencia de otra gente en la calle que vende el saco de carbón hasta 250 pesos y hecho de cualquier madera, nuestro producto es barato, a 60 pesos el saco, y como es de marabú, una madera dura, tiene mucha demanda y contribuye a solucionarle un serio problema a la gente”, concluye.

El ruido de un avión que pasa nos trae a la memoria que estamos en medio de la civilización del siglo XXI y que los hombres calcados en la quebrada son imprescindibles para mantener el equilibrio entre las personas, la naturaleza y esas buenas acciones que nos demuestran que para forjarlas, no importa si se está en medio de una ciudad con miles de habitantes o en la soledad de la tierra “Donde el diablo dio las tres voces”.

carbon encrucijada

Más allá nos espera el regreso, está vez en un tractor con carreta, en la lejanía quedan los carboneros y el monte inolvidable, luego solo el sonido del viento y el recuerdo.


Reinaldo Cañizares

Periodista Ingeniero Químico de profesión, ama el Periodismo y la Literatura y el acontecer de su tierra: Encrucijada.

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