El Apóstol multiplicado

Llega el 27 de enero y otra vez las llamas inundan Cuba. Su fulgor, cual resplandor divino, emocionan y engrandecen. Se extienden a lo largo del país al unísono, convocadas por un mismo sueño, una misma idea; resplandecen para honrar, que a fin de cuentas también honra.

Llega el 27 de enero y otra vez las llamas inundan Cuba. Su fulgor, cual resplandor divino, emocionan, engrandecen y honran. Se extienden a lo largo del país al unísono, convocadas por un mismo sueño, una misma idea; resplandecen para honrar, que a fin de cuentas también honra.

Esta vez las antorchas que se encienden en Cuba alumbran por múltiples razones, todas llenas de emoción y patriotismo. El Apóstol, el más universal de los cubanos, renace este enero como hace 166 años, y su ejemplo se diluye en cada palmo de la Isla, se impregna en cada pino nuevo para continura esta obra que es de todos y para el bien de todos.

Y precisamente por nuestra tradición martiana, y nuestro propósito eterno de cumplir los postulados martianos, las antorchas refulgen este enero también para respaldar el proceso constitucional que desarrolla hoy la Isla yque se verá coronado el próximo 24 de febrero-coincidentemente otra fecha que nos acerca al Héroe Nacional cubano por ser el inicio de lo que él  mismo llamó la Guerra Necesaria- cuando este mismo pueblo que hoy porta anorchas en homenaje al maestro, reafirme su Sí por Cuba y también por Martí.

Porque tenemos memoria, se alzarán nuevamente las antorchas, como hace 66 años se levantaron en manos de una generción que no dejó morir al Apóstol en el año de su centenario. Que inspirada en su ejemplo, su obra y su legado, prefirió derramar hasta la última gota de sangre por llevar a la cúspide el ideario martiano y construir la república soñada por el Delegado del Partido Revolucionraio Cubano.

Razones más que suficiente para hacer de este enero otro capítulo de la historia.