El ADN del manatí
Estas técnicas que han permitido resolver más de un caso policial y a otros encontrar parientes han venido como anillo al dedo a los naturalistas interesados en documentar parentescos e inadvertidas migraciones de animales.
En el caso del manatí los estudios genéticos de ejemplares que han recalado en las costas de Villa Clara, han permitido documentar que son muy frecuentes los cruzamientos entre los manatíes que usualmente viven en las aguas de Caribe, con aquellos que se reportan al sur de la Florida.
Por si fuera poco, los análisis de ADN practicados a un ejemplar de la especie que aparentemente fue mordido por tiburones y recaló muerto en Isabela de Sagua en el 2011, arrojó que el mamífero realizó un viaje muy largo antes de llegar a la costa centro norte de Cuba.
El registro de sus familiares más cercanos le ubican como descendiente de un grupo de manatíes radicados en Belice. Producto de esas migraciones ocultas y su andar sigiloso para evitar caer presa de los hombres, nadie sabe cuántos manatíes viven en las aguas de Cuba y cuántos provenientes de áreas cercanas se acercan a nuestras costas o viven temporalmente en ellas. Algunos investigadores aseguran que solo falta tiempo y un poco de suerte para hallar ejemplares del manatí blanco del Amazonas y sus descendientes en el Caribe.
Proteger esta especie para que siga tejiendo bajo las aguas del Golfo de México sus extrañas y aún no comprendidas migraciones, es un reto para esta y otras generaciones de cubanos.
Muy interesante el escrito de Arnaldo Díaz sobre el ADN y las migraciones de los Manatíes. Me aportó nuevos conocimientos. De hecho siempre lo hace(Venados, Flamencos..) Seguiré leyéndolo. Gracias